En las aguas ensangrentadas, vimos una imagen clara de cómo se usan las “aguas” en el simbolismo apocalíptico para representar a los pueblos, y cómo el flujo de las aguas representa la migración y el poblamiento de la tierra. Vimos cómo los manantiales de agua representan los orígenes.

Este artículo ampliará estos conceptos a los cambios que se están produciendo (o se han producido) en la sociedad en estos momentos en el marco de tiempo de la tercera plaga, y que han dominado los titulares semana tras semana: las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia.

En primer lugar, debemos reconocer que Francia representa el origen de los denominados valores occidentales. Esta idea tiene sus raíces en la historia de la Revolución Francesa, de la que surgió el primer manifiesto sobre los Derechos Humanos ateos. Estos valores se propagaron desde Francia al resto de Europa, a los Estados Unidos y, finalmente, a todo el mundo (a través de la Organización de las Naciones Unidas) y se convirtieron en lo que hoy es la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En este contexto, recomiendo encarecidamente nuestro breve vídeo sobre el simbolismo de Colombia, porque explica rápidamente muchos símbolos importantes y puntos clave relacionados con este tema. Cuando se considera que la declaración de los derechos humanos fue concebida como un reemplazo de la Ley divina de Dios (es decir, los Diez Mandamientos), entonces queda claro que Francia es una fuente de valores envenenados, y también cómo han fluido las corrientes de ese veneno ideológico a todo el mundo occidental y más allá.

Además, la Revolución Francesa fue una revolución del pueblo contra la monarquía. Así, vemos las “aguas” (tribus, pueblos, naciones y lenguas) como el agente activo de cambio en ese tiempo. Por lo tanto, es totalmente apropiado ver las revoluciones pasadas y presentes en Francia como otra dimensión del simbolismo de los ríos y fuentes de las aguas, especialmente los eventos que han ocurrido durante el tiempo central de la tercera plaga del 26 de noviembre al 18 de diciembre de 2018.

Una visión general “desde lo alto”

Considerando el marco de tiempo de poco más de tres semanas para la tercera plaga, sería razonable esperar que los textos bíblicos asociados abarcaran aproximadamente ese marco de tiempo. El texto puede ser dividido en tres partes básicas: el juicio siendo derramado, y dos voces afirmando el juicio. La primera parte (el derramamiento de la copa) debe tratarse del evento del 26 de noviembre (y así fue, como explicamos en Las aguas ensangrentadas), y las dos voces que vienen después deben hablar de los sucesos durante el resto del marco de tiempo (las protestas de los chalecos amarillos). Esta es exactamente la visión general que Dios da a través de las señales celestiales.

Primero, revisemos el texto y luego comparémoslo con lo que vemos en el cielo. Saltaremos la primera parte (versículo 4), ya que eso fue explicado anteriormente. El siguiente actor en ser presentado es “el ángel de las aguas”.

Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. (Apocalipsis 16:5-6)

Este ángel (o mensajero) habla de justificación (o justicia) y juicio. Estas son cosas que normalmente asociamos con las balanzas: se trata justo de las balanzas, o de la evaluación de los juicios. En los cielos, este simbolismo se encuentra en la constelación de Libra (la balanza). Cuando volvemos nuestra mirada a esta área de los cielos al comienzo de la tercera plaga, vemos que un mensajero en verdad habla de justicia debido a su cruce por la frontera hacia la constelación de Libra. El momento exacto es el 29 de noviembre de 2018, al día siguiente de que las dos fechas de las líneas del trono en el reloj habían pasado:

Noten cómo Mercurio, el planeta mensajero, se mueve a la derecha (en movimiento retrógrado) cruzando hacia Libra en este día. De esta manera, el mensajero “habla” simbólicamente de la justicia del Señor al entrar en la balanza de Libra.

Intencionalmente usamos un campo de visión amplio en la imagen de arriba para incluir la esquina de Virgo, donde se puede ver a Venus acercándose a Libra desde la derecha. Virgo y Venus están asociados con la tercera plaga a través de la señal grande y admirable,^[1] donde Virgo representa al tercer ángel de los siete, el que sostiene la tercera copa (Venus) de las plagas en la imagen celestial mostrada por las estrellas del Mazzaroth.

Continuemos explorando el marco de tiempo de la tercera plaga y veamos cómo es representado el último versículo en los cielos.

También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. (Apocalipsis 16:7)

Una vez más, el tema es el juicio, que está representado por la balanza de Libra. Otra (voz) es escuchada. ¿Podría ser esto una referencia a Venus, que vimos acercarse a Libra? Si es así, debemos ser capaces de explicar cómo Venus está conectado a la balanza, ya que esta voz también habla de juicios verdaderos y justos. No es difícil: avanzando el reloj, podemos encontrar que Venus en efecto cruza la frontera hacia Libra cerca del final del marco de tiempo de la tercera plaga:

Esto encaja con los juicios verdaderos y justos mencionados en el texto, pero el lector cuidadoso de la palabra de Dios debe preguntarse cómo puede venir del “altar” esta voz. Esto es explicado en La señal grande y admirable de las siete postreras plagas, comenzando en el minuto 6:47. Allí, aprenderán que Libra fue visto como un altar en tiempos antiguos.

Así, hemos encontrado ambas voces representadas en los cielos en el marco de tiempo de la tercera plaga. ¿A quién podrían representar estas dos voces celestiales? Volveremos a esa pregunta más adelante, pero ya se puede ver que la palabra de Dios en los cielos hace eco perfecto de la palabra escrita, todo de acuerdo con el tiempo del reloj de Dios. Esto significa que podemos utilizar el simbolismo tanto en los cielos como en las Escrituras en este período de la tercera plaga para averiguar lo que Dios quiere decir acerca de los eventos terrenales que han ocurrido ahora.

La historia se repite

No cabe duda: las protestas de los chalecos amarillos son históricas en más de un sentido; lo que estamos viendo hoy es justamente el fruto de la Revolución Francesa. El Pax Augusta opina lo siguiente:

En este caso lo que recomiendan los sociólogos es acudir a los rasgos generales. Parece que el grueso del movimiento procede de las clases medias y populares. Lo que recuerda a la base más proactiva del hito histórico de la ‘Revolución Francesa’ de 1789, los sans-culottes. La burguesía media y alta se aprovechó en el siglo XVIII del vigor revolucionario de estas gentes del estamento más bajo, para derrocar al Antiguo Régimen y a la monarquía. Artesanos, profesionales autónomos, agricultores y obreros, a los que en un principio se les denigró usando de forma peyorativa su atuendo de “sin calzones” (el culotte-calzón era la prenda que llevaba la gente adinerada). Luego ellos mismos escogieron este nombre con orgullo para distinguirse del resto en sus acciones revolucionarias.

Más de doscientos años después, otra prenda ha dado nombre a un movimiento que ha acabado siendo, también, “revolucionario”: el chaleco amarillo –reflectante-. Este atuendo es muy “popular” y usado por el común de los ciudadanos porque es obligatorio llevar en los vehículos en caso de avería. Algunos analistas pusieron el toque de perspectiva histórica al asunto, entre los que me incluyo, diciendo que existía un trasfondo histórico-cultural en este movimiento basado en el “revolucionar por revolucionar” tan propio del imaginario francés. Algo así como el no tener que buscar un motivo racional para entender las acciones revolucionarias extremas que se inician en Francia.

El actual gobierno de Francia proviene de los revolucionarios que lucharon contra el reinado del rey Luis XVI, y los que fueron los revolucionarios a finales de 1700 son ahora los que están en el poder. Las cosas han cambiado, en cierto sentido, y la gente común que fue oprimida en el pasado se ha convertido en los opresores de los plebeyos del presente.

Hay muchos paralelismos entre la Revolución Francesa y las protestas de los chalecos amarillos hoy en día, empezando por su uniforme distinguido por el color. Los chalecos amarillos, que los automovilistas franceses están obligados por ley a llevar en sus autos en caso de emergencia, han sido usados por la población que protesta como símbolo del preocupante incremento de los precios del combustible a causa de la aplicación de un impuesto sobre el carbono por parte de Macron en cumplimiento del Acuerdo Climático. Eso es algo grande, y lo analizaremos poco a poco, pero el primer punto es simplemente que la gente ha elegido el color de sus propios uniformes para identificar su causa, como se hizo al comienzo de la Revolución Francesa en 1789, como se indica en Wikipedia:

Para defender la Asamblea Nacional de un posible ataque de las tropas reales, y para asegurar el orden en la capital, las autoridades municipales parisinas decidieron crear una milicia popular de 48 000 hombres, la llamada Guardia Nacional, cuya insignia era roja y azul, los colores de la ciudad de París. Estos dos colores, a los que se unió el blanco, se convirtieron en el emblema de la Revolución y en los colores de la bandera de Francia.

Así, la elección de los colores rojo, blanco y azul de Francia se convirtió en el símbolo de su causa. No es por accidente que otras naciones (más notablemente los Estados Unidos) compartan este esquema de color tanto como comparten los “valores” revolucionarios de Francia. El gorro frigio era también una parte distintiva de su uniforme, y era precisamente el icono de Marianne con el gorro frigio (la diosa de la libertad de los revolucionarios) lo que fue roto por los manifestantes. Los símbolos mismos de la antigua Revolución son el blanco de los manifestantes de chalecos amarillos, porque los “valores” de la Revolución han demostrado ser tan opresivos como el reinado de Luis XVI.

Francia es un país que no es ajeno a los movimientos de protesta, desde las masivas manifestaciones estudiantiles de 1968 hasta las huelgas contemporáneas encabezadas por los sindicatos. Pero durante las protestas de los “chalecos amarillos” que sacudieron las calles de París este fin de semana, los manifestantes se remontan más atrás en su historia, a la época de la Revolución Francesa.

Los manifestantes que marchaban por los Campos Elíseos el sábado (1 de diciembre) podían ser oídos coreando consignas como “Estamos dirigiendo la revolución” y “Macron a la Bastilla.” El Arco del Triunfo llevaba un mensaje en pintura en aerosol: “Hemos cortado cabezas por menos que esto”, una referencia a la muerte por guillotina del rey Luis XVI y su esposa, María Antonieta.^[2][traducido]

Antes de la toma de la Bastilla—el comienzo de la Revolución Francesa—las condiciones eran muy parecidas a las actuales:

Durante el reinado de Luis XVI, Francia tuvo que confrontar una grave crisis financiera originada por los elevados gastos de la intervención en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos y el despilfarro de la Corte real, exacerbada por un desigual sistema tributario que solo gravaba al pueblo llano y a la burguesía (Tercer Estado).^[3]

La cuestión principal eran los problemas económicos para la gente común, causados por los altos impuestos para los pobres y los bajos impuestos para los ricos. Este es exactamente el escenario de hoy. Las protestas de los chalecos amarillos comenzaron por el aumento del impuesto del combustible por parte de Macron, que habría impactado a la clase trabajadora, especialmente en los distritos rurales donde no hay transporte público. El Mundo informa lo siguiente:

El movimiento [los manifestantes de chaleco amarillo] además de espontáneo es periférico. En todos los sentidos. El geográfico, la Francia rural y de las ciudades pequeñas frente a París. El social, la Francia de abajo porque el precio del gasoil afecta, sobre todo, a pequeños empresarios, asalariados y agricultores que necesita el coche para trabajar. Y el económico, la Francia que tiene trabajo, pero gana poco.

Hoy, los manifestantes han vuelto a elegir un uniforme identificado por el color: el chaleco amarillo, y están atacando especialmente a los símbolos que representan a los revolucionarios del pasado: Marianne con gorro frigio, así como a otros monumentos nacionales de la revolución rojo-blanco-azul.

Poco antes de la toma de la Bastilla en 1789, algunos representantes del pueblo trataron de negociar concesiones con el gobernador, pero –al igual que hoy— fue “muy poco y demasiado tarde”. La multitud irrumpió en la Bastilla y la Revolución había comenzado.

Un problema global

La propagación de las protestas con el chaleco amarillo a otros países de Europa demuestra que la insatisfacción general no es exclusiva de Francia. Lo mismo ocurre con la causa de las protestas: el aumento de los impuestos a los combustibles fue parte de un esfuerzo para implementar impuestos al carbono en apoyo del denominado Acuerdo Climático (el Acuerdo de París). Irónicamente (o digamos “con razón”), París—donde se originó el Acuerdo Climático— fue el más afectado por las repercusiones en la tercera plaga, pero el Acuerdo Climático no solo afecta a Francia. Sino a todo el mundo.

¿Quién dirige las políticas? La política de Francia antes de la revolución vino de la cabeza de la Iglesia Católica. La historia lo registra:

El romanismo había principiado la obra que el ateísmo se encargaba de concluir. A la política de Roma se debía la condición social, política y religiosa que empujaba a Francia hacia la ruina. No faltan los autores que, refiriéndose a los horrores de la Revolución, admiten que de esos excesos debe hacerse responsables al trono y a la iglesia. En estricta justicia debieran atribuirse a la iglesia sola. El romanismo había enconado el ánimo de los monarcas contra la Reforma, haciéndola aparecer como enemiga de la corona, como elemento de discordia que podía ser fatal a la paz y a la buena marcha de la nación. Fué el genio de Roma el que por este medio inspiró las espantosas crueldades y la acérrima opresión que procedían del trono. [CS 279.1]

Hoy no es diferente. Es de nuevo el veneno y la política de la Iglesia Católica la responsable de la opresión en Francia y en el resto del mundo. El papa Francisco utiliza la cuestión del medio ambiente como un medio para unir al mundo bajo su bandera “moral”, y por lo tanto es el instigador que está provocando a los pueblos del mundo.

El papa Francisco... en la encíclica papal Laudato Si' de junio de 2015: Sobre el cuidado de la casa común... extiende la ética ambiental católica para abogar por aquellos en los márgenes de la conciencia social que son más vulnerables a los rápidos cambios ambientales: los pobres del mundo y las generaciones futuras. La colaboración activa del papa Francisco con expertos líderes en ciencia climática y economía del desarrollo y su perspectiva como el primer papa no europeo fortalece sus contribuciones al discurso ético sobre la justicia intergeneracional e intrageneracional, la opción preferencial para los pobres, las políticas de mitigación de carbono, y las responsabilidades comunes pero diferenciadas en las negociaciones internacionales sobre el clima. Sus esfuerzos de incidencia en 2015 anticiparon convocatorias críticas de líderes mundiales, incluyendo la ratificación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015 y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París en diciembre de 2015, que culminó con una decisión unánime entre 195 gobiernos para adoptar el Acuerdo de París. La contribución del papa Francisco de hablar sobre políticas climáticas internacionales y objetivos de desarrollo sostenible inspiró la cooperación política que condujo a acuerdos internacionales fundamentales.^[4] [traducido]

Por lo tanto, es la política papal la que, esencialmente, está influyendo en todo el mundo, y el Acuerdo Climático no es la única manera en que el diablo está obteniendo el apoyo del mundo para su causa contra Dios.

No está mal cuidar el medio ambiente; es incluso un deber dado por Dios. Sin embargo, Satanás usa eso como una pretensión para lograr un esquema más siniestro. Utiliza esa “autoridad moral” para persuadir a las naciones del mundo a servir a los Derechos Humanos, que es adorar a la creación en lugar de al Creador. ¿Es posible cuidar de la creación adecuadamente mientras se rechaza a su Autor?

La forma en que esta política está afectando al mundo puede verse no sólo en las protestas de los chalecos amarillos, sino también en las negociaciones de la COP24. Del Vaticano el 13 de diciembre de 2018 leemos lo siguiente:

Las negociaciones finales continúan en la Conferencia sobre el Clima de la COP24 en Polonia, donde se espera que se presente un borrador que incluya un reglamento para implementar el Pacto de París. [traducido]

La creación de un “reglamento” significa que al Acuerdo Climático se le está dando poder. Eso significa que los países de todo el mundo pronto se enfrentarán a cambios en sus leyes locales similares a los que el Presidente Macron de Francia ha estado tratando de implementar obedientemente, y que han sido recibidos con la protesta de la gente.

¿Hacia dónde se dirige esto? ¿Qué dicen las protestas de los chalecos amarillos sobre la presión financiera que se avecina en todo el mundo? ¿Escalará esto hasta el cumplimiento de Apocalipsis 18, cuando todo el comercio se detenga y las naciones airadas quemen a la gran ramera con fuego?

Juicios verdaderos y justos

Vimos dos voces en la tercera plaga afirmando la justicia de los juicios de la tercera plaga. Estos fueron representados en los cielos por Mercurio y Venus, ambos entrando en la balanza de Libra en el tiempo de la tercera plaga. ¿Quiénes son estos testigos celestiales, que declaran que Dios es justo en los juicios ejemplificados en Francia a través de las protestas de los chalecos amarillos, porque Francia derramó completamente la sangre de los santos y profetas en el pasado, y ahora están recibiendo lo que merecen?

El historial de Francia en la matanza de los santos es horrible:

En ningún otro país se había desarrollado tanto el espíritu de enemistad contra Cristo [que en Francia]. En ninguno había hallado la verdad tan acerba y cruel oposición. En la persecución con que Francia afligió a los que profesaban el evangelio, crucificó también a Cristo en la persona de sus discípulos.

Siglo tras siglo la sangre de los santos había sido derramada. Mientras los valdenses sucumbían en las montañas del Piamonte “a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”, sus hermanos, los albigenses de Francia, testificaban de la misma manera por la verdad. En los días de la Reforma los discípulos de esta habían sucumbido en medio de horribles tormentos. Reyes y nobles, mujeres de elevada alcurnia, delicadas doncellas, la flor y nata de la nación, se habían recreado viendo las agonías de los mártires de Jesús. Los valientes hugonotes, en su lucha por los derechos más sagrados al corazón humano, habían derramado su sangre en muchos y rudos combates. Los protestantes eran considerados como fuera de la ley; sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como a fieras. {CS 274.2}

¿No merece Francia a su vez ser invadida por bestias salvajes (en forma de manifestantes furiosos)? ¡Qué inconsistente que la nación que mató a los santos de Dios pretenda ser la principal defensora de los derechos humanos!

Todos los que siguen un camino similar al de Francia, rechazando a Dios y reemplazando Su Ley divina por una ley que hace de la humanidad (y de los derechos humanos) su dios, recibirán también su justa recompensa. Cualquiera que siga el camino de blasfemar a Dios tolerando el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho humano, condenando abiertamente el diseño del Creador, finalmente obtendrá la libertad eterna de Dios, que es la muerte eterna. Desde hace mucho tiempo, Francia ha estado liderando una revolución contra Dios que ahora se ha extendido por todo el mundo. De la Francia revolucionaria está escrito:

Francia presentó también la característica que más distinguió a Sodoma. Durante la Revolución manifestóse una condición moral tan degradada y corrompida que puede compararse con la que acarreó la destrucción de las ciudades de la llanura. Y el historiador presenta juntos el ateísmo y la prostitución de Francia, tal como nos los da la profecía: “Íntimamente relacionada con estas leyes que afectan la religión, se encontraba aquella que reducía la unión matrimonial—el contrato más sagrado que puedan hacer seres humanos, y cuya permanencia y estabilidad contribuye eficacísimamente a la consolidación de la sociedad—a un mero convenio civil de carácter transitorio, que dos personas cualesquiera podían celebrar o deshacer a su antojo [...]. [es decir, matrimonio entre personas del mismo sexo] Si los demonios se hubieran propuesto inventar la manera más eficaz de destruir todo lo que existe de venerable, de bueno o de permanente en la vida doméstica, con la seguridad a la vez de que el daño que intentaban hacer se perpetuaría de generación en generación, no habrían podido echar mano de un plan más adecuado que el de la degradación del matrimonio [...]. Sophie Amoult, notable actriz que se distinguía por la agudeza de sus dichos, definió el casamiento republicano como ‘el sacramento del adulterio’” (Scott, tomo 1, cap. 17). {CS 273.3}

¿Ven cuán profundamente estos denominados “valores” occidentales han sido adoptados por la sociedad mundial hoy en día, con el matrimonio homosexual y la tolerancia LGBT asfixiando a aquellos que quieren honrar el séptimo mandamiento de Dios? ¿Reconocen cuál es la verdadera marca de la bestia?

En esta Era de Acuario, Dios ha enviado a Su mensajero, en parte para pesar al mundo en el juicio, como Mercurio en la balanza de Libra. Él ha tomado nota del desafío del mundo a Dios. Este ungido termina su evaluación: “Justo eres tú, oh Señor, porque has juzgado estas cosas.” Si Dios finalmente le da al mundo la justa recompensa de sus acciones, entonces presta atención por ti mismo, porque Dios no tendrá por inocentes a los malvados, de ninguna manera.^[5]

¿Estás tú, personalmente, listo y eres capaz de enfrentar los juicios de Dios? ¿Están tus pecados perdonados, o regresarán para reclamar su precio por tu alma, como los pecados de Francia y del mundo? Aferraos a Jesús con todo vuestro corazón, porque pronto no habrá más remedio que sentir “la ira del Cordero”. Como vimos anteriormente, el Destructor Mismo también entra en juicio, simbolizado por Venus entrando en Libra. Aquí, Venus representa a Jesús, quien afirma la justicia del Padre Todopoderoso al derramar la tercera plaga:

También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. (Apocalipsis 16:7)

¿Cómo juzga Jesús, quien fue crucificado en el altar de Francia en la persona de Sus seguidores, al mundo? También es perseguido hoy en día por la aflicción de todos los hombres y mujeres temerosos de Dios en todo el mundo que son constantemente censurados y acosados por los “revolucionarios”, cuyo único objetivo es liberarse de la Ley de Dios. La gente buena es forzada a través de las llamadas leyes de derechos humanos a tolerar incluso los pecados más horrendos contra Dios, incluso en sus propios santuarios. ¿No es esto un asesinato de almas cristianas que excede las atrocidades de los capítulos más oscuros de Francia en los anales inmutables de la historia? Si el cuerpo muriera, Dios lo resucitaría; pero si los hombres y las mujeres perdieran su vida eterna porque están desgastados día tras día por los pecados del mundo en todas partes hasta que su fe haya muerto... ¿no es eso una masacre mayor e infinitamente con más consecuencias de la que el universo ha presenciado jamás?

Los dos ungidos de los reinos celestiales han descendido cada uno a su turno para ver este mundo—como los dos ángeles que visitaron Sodoma—y su informe ya ha sido decidido incluso antes del final de la tercera plaga: este mundo merece verdadera y justamente los juicios de Dios Todopoderoso.

Muévanse a la acción, si temen a Dios, y tomen una firme posición por Su Ley, y adórenlo a Él solo—no a la humanidad o a los derechos humanos o a la sabiduría humana o a los seres humanos. Sólo el Creador puede rehacer lo que ha sido dañado sin posibilidad de reparación. No hay otra manera de arreglar un mundo que ha sido destruido por la humanidad, excepto derramar tu alma a su Creador en arrepentimiento, y someterte a Él—sin importar las consecuencias.

¡Santo, santo, santo! ¡Señor Dios Todopoderoso!