Cuando se busca al Señor, uno debe estar abierto a seguir el camino que Él conduce. Cuando nos llegó la noticia de la erupción del Hunga Tonga, la reconocimos como la última llamada de advertencia de Dios y, en consecuencia, publicamos el artículo El Padre ha declarado el tiempo. No teníamos ni idea de la enorme cantidad de luz que se derramaría en nuestras almas en el transcurso de los meses siguientes.

A medida que los acontecimientos se sucedían rápidamente y la visión divina se derramaba, comenzamos a compartir lo que el Señor nos había mostrado con los miembros de nuestro Refugio y a publicar esos paquetes de sólido alimento espiritual en forma de PDF en nuestro sitio web, bajo el título de Observaciones finales. Eran nuestras últimas “notas” para los dejados atrás.

Este último esfuerzo de escritura ha dado giros que nunca hubiéramos esperado. Mientras nos acercábamos al final de nuestras “Observaciones Finales” y poníamos los últimos PDFs en línea, nos dimos cuenta de que Dios nos había guiado en un mini viaje a través de nuestros propios estudios de 42 estaciones—42 como los hijos de Israel fueron guiados a través de 42 estaciones durante su éxodo de Egipto antes de entrar en Canaán. El primer artículo sobre Hunga Tonga sirvió como toque de trompeta para llamar al campamento para organizarse para el viaje, después del cual siguieron los 42 estudios. Nuestro último estudio de estos 42, sin embargo, contenía tanta información que necesitábamos dividirlo en dos partes, de forma parecida a como la historia de la última parada de Israel en las llanuras de Moab se describe en dos capítulos separados: Números 22 y 33. Reconociendo el patrón bíblico, optamos por publicar este estudio en dos partes bajo el título En el Jordán. Esta serie de dos partes incluso habla mucho sobre el equivalente moderno de Balaam, que fue una piedra de tropiezo para Israel y cuya contraparte moderna tuvo que ser vencida por la verdad. ¡No podíamos saber de antemano que nuestro viaje final cumpliría con el tipo bíblico tan claramente!

Después de estos 42 estudios, la coronación del mensaje requería un artículo más titulado Sellando el viaje que cerraría el mensaje con un sello séptuple. A partir de entonces, ¡la tierra de Canaán nos espera!