La segunda plaga está llegando a su fin y sé que no podré publicar este artículo en todos los idiomas antes de que las líneas del trono de la tercera plaga comiencen el 26 de noviembre de 2018, y que prometen un nivel de plagas muy diferente al de las dos primeras, que ya casi han pasado.
Hemos escrito un artículo de 30 páginas que es solo para miembros, con un nuevo conocimiento sobre este tema, pero que, por orden de Dios, no será accesible al público. Se trata principalmente del tema del “acortamiento del tiempo” para la Segunda Venida de Jesús, que Jesús mismo había anunciado en Mateo 24:22. Hasta ahora sólo habíamos encontrado una explicación en el Plan A divino después de la fallida Segunda Venida en el año del 70º Jubileo de 1890. En el Plan B, en el que nos encontramos desde el descubrimiento de los siete años de escasez a finales de 2016, todo se ve un poco diferente y llegó como la proclamación profetizada del día y la hora,[1] que sorprendió incluso a nuestros antiguos miembros. Sin embargo, el mundo nos ha acusado desde el comienzo de nuestro ministerio en 2010 diciendo que nadie puede saber el tiempo, así que ellos permanecerán en la oscuridad.
En el reloj de Orión, la primera línea del trono de la tercera plaga está formada por la estrella del Padre, Alnilam, y por supuesto comienza desde Alnitak en el centro, la estrella de Jesús.[2] Esta configuración sugiere que el Padre Mismo actuará ahora desde Su trono en el cielo. Esto no promete nada bueno para el mundo de los impenitentes.
Por lo tanto, la segunda plaga puede entenderse, como una última fase preparatoria para la ira de Dios Padre, que se derramará sobre los “ríos y sobre las fuentes de las aguas”, a partir del 26 de noviembre de 2018.
El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. (Apocalipsis 16:4-7)
Y así hemos visto hitos importantes en el camino hacia la manifestación final de la ira de Dios: El asesinato de un periodista saudí el 2 de octubre de 2018, que condujo a la gran muerte en el mercado bursátil debido a una “catástrofe petrolera” haciendo que sus seres vivos sangraran y murieran como en un derrame global de petróleo (algunos explican la conexión causal). Miguel se levantó y finalmente el Espíritu Santo se retiró completamente de los gobernantes de esta tierra, como se demostró en el abandono de la inteligencia de hombres como el actual presidente de los Estados Unidos al abandonar todo valor moral en favor de la codicia por el dinero y el egoísmo.
Y el paraíso se perdió y fue quemado como una advertencia para la gente y cientos de personas perdieron sus vidas o sus sustentos. En esta ocasión, los ricos también se vieron afectados.
El derramamiento de la copa de la tercera plaga sobre el agua dulce que es vital para el hombre, los animales y las plantas recibe una justificación relativamente detallada por parte de dos voces: la del ángel de las aguas y la del altar. (La señal grande y admirable en el cielo de las siete postreras plagas da más detalles, pero eso está fuera del alcance de este artículo.)
Dios Padre es presentado como justo, y como el “Santo que es y que era”. (No se trata del Hijo “que es y que era y que ha de venir.”[3]) De este modo, las voces celestiales declaran que la justificación del Padre en el juicio celestial debe haber sido completada antes de la tercera plaga, porque si fuera de otra manera, Dios Padre no habría obtenido la autoridad para manifestar Su ira, y Satanás habría ganado el conflicto de los siglos.
Sin embargo, las plagas han estado cayendo desde el 20 de agosto de 2018, como cualquier católico puede confirmar. Esta es una buena noticia para los verdaderos cristianos, porque significa que ya habían cumplido su alta vocación antes de que comenzaran las plagas. Así que ¿qué estaba esperando Dios Padre en las dos primeras plagas antes de que Su ira se hiciera visible a lo largo y ancho y se sintiera de una manera terrible, para que la gente finalmente se despertara? Esta y otras cosas, que todavía estaban distorsionadas incluso en nuestras mentes, serán explicadas ahora en este artículo, que, sin embargo, es breve por la falta de tiempo.
Mi primera pregunta es: Si la ira de Dios Padre no es manifestada hasta la tercera plaga con un castigo mundial, entonces ¿cuál es el período escatológico que comienza con la tercera plaga?
La respuesta debe ser: el gran tiempo de angustia, como ya podríamos suponer, desde que la señal de que Miguel se levantó fue dada en la segunda plaga.
En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. (Daniel 12:1)
Mi segunda pregunta es la siguiente, y es más difícil de responder: Si el gran tiempo de angustia comienza en la tercera plaga, entonces ¿cuáles son las dos señales que nos indican su comienzo, una de las cuales, debe ser visible en la segunda plaga, poco antes de que termine?
Jesucristo respondió a la pregunta del orden general de los eventos de los últimos días en Mateo 24, Lucas 21 y Marcos 13 a petición de Sus discípulos. Pidámosle también a Él que responda mi segunda pregunta.
Sin entrar en un estudio demasiado profundo de la estructura quiástica y en la doble aplicación de Mateo 24, nosotros que todavía tenemos fe podemos asumir que allí se describen dos fases importantes del tiempo de angustia: el “pequeño tiempo de angustia” y el “gran tiempo de angustia”, que suceden precisamente en ese orden.
Todo lo que está escrito antes del versículo 8 fue descrito por Jesús en ese versículo como no perteneciendo al tiempo de angustia o a las contracciones (ayes):
Y todo esto será principio de dolores. (Mateo 24:8)
El pequeño tiempo de angustia debe haber comenzado con el primer ay en la quinta trompeta y he descrito esto en detalle en las 70 semanas de angustia. Por supuesto, el gran tiempo de angustia también cae dentro de estas 70 semanas, en su final, pero aún no era claro qué eventos caracterizarían la transición del pequeño al gran tiempo de angustia.
Jesús primero explica el tiempo de angustia completo en Mateo 24 comenzando con el versículo 9, como también lo hice yo en el apéndice de las 70 semanas del Legado de Esmirna:
Entonces os entregarán a tribulación [Strong: “aflicción,” también traducido como “angustia”], y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. (Mateo 24:9-13)
¿Ven cómo la angustia comienza en el versículo 9 y llega “hasta el fin” en el versículo 13? Este tiempo de angustia incluye el enfriamiento del amor, el aborrecimiento a los seguidores de Jesús que llega al punto de matarlos, lo que conocemos como el “decreto de muerte”. Es claramente una descripción resumida de ambas fases de la angustia.
Sin embargo, en Daniel 12, se habla del tiempo de angustia “como no ha habido” y esta vez Jesús explica este mismo periodo en Mateo 24 sólo a partir del versículo 15 en adelante:
Por tanto, cuando vean establecida en el lugar santo la abominación desoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea no descienda para sacar algo de su casa, y el que esté en el campo no vuelva atrás a tomar su manto. ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas y de las que críen en aquellos días! Oren, pues, que su huida no sea en invierno ni en sábado; porque entonces habrá gran tribulación [angustia], como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá jamás. Si aquellos días no fueren acortados, no se salvaría nadie; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo 24:15-22 RVA 2015)
El acortamiento del tiempo de la venida de Jesús al final de estos versículos deja claro que la “gran” tribulación (el tiempo de angustia) también llega hasta el “fin”, pero el versículo 15 nos dice (a quienes prestamos atención a lo que Jesús dice) que habrá una señal especial que marca la transición del pequeño tiempo de angustia al gran tiempo de angustia: la abominación desoladora en el lugar santo.
Inicialmente entendimos que esta señal significaba que el gran tiempo de angustia había comenzado cuando el papa Francisco, quien es claramente la abominación misma, se presentó ante las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos y la Asamblea General de las Naciones Unidas en los Estados Unidos los días 24 y 25 de septiembre de 2015, ¡pero al hacer eso pusimos a Daniel 12:11 y Mateo 24:15 en la misma canasta! Aquí están ambos versículos de nuevo:
Y desde el tiempo que sea quitado el continuo [sacrificio] hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. (Daniel 12:11)
Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), (Mateo 24:15)
Sólo si se hace una comparación cuidadosa, se nota una diferencia: En Daniel 12:11 la abominación es establecida y se quita el “continuo” (“sacrificio” no aparece en el original en absoluto), y comienza una cuenta regresiva de 1290 días hasta el fin. ¡No se menciona el comienzo de algún tiempo de angustia, ya sea pequeño o grande!
Este— y en realidad, todo el tiempo de angustia tanto pequeño como grande –comienza con los “ayes” de las tres últimas trompetas,[4] es decir, con la quinta. Son las últimas 70 semanas, que de hecho terminan junto con los 1290 días de Daniel 12:11, pero no comenzaron con ellos en septiembre de 2015, sino sólo con el decreto de Trump sobre Jerusalén como el sonido de la quinta trompeta el 5 de diciembre de 2017.
Por lo tanto, para ser consistentes, ¡sólo podemos hablar de un tiempo de angustia a partir de diciembre de 2017!
Sin embargo, las 70 semanas incluyen ambos: ¡el pequeño y el gran tiempo de angustia! Pero ¿cómo dividimos este tiempo total de angustia en “pequeño” y “grande”?
En Mateo 24:15 queda claro que la abominación ya está establecida, lo cual también debemos esperar si fue erigida en septiembre de 2015. Sin embargo, ahora va a un “lugar santo” y con este acontecimiento comienza el gran tiempo de angustia. Es razonable asumir que esto pueda ser el comienzo de la tercera plaga el 26 de noviembre de 2018, ¡y esto será confirmado posteriormente!
Pero primero, revisemos de nuevo el comienzo de los 1290 días:
Ya al comienzo de mi ministerio público escribí sobre el “continuo” o “diario” y vale la pena repasar de nuevo el breve artículo La resurrección de la bestia. Allí he identificado el “continuo” como el “cetro de poder”, que desafortunadamente sólo unos pocos estudiantes de la Biblia han reconocido hasta ahora. Escribí lo siguiente:
Yo apoyo la opinión de los pioneros (paganismo) y la de Marian Berry, y entiendo el “continuo” finalmente como “el cetro del poder” que se pasa de un poder a otro. Se trata de la supremacía de la Roma papal en Daniel 12:11.
¿Fue correcto de nuestra parte comenzar los 1290 días de Daniel 12:11 con la transferencia de poder de las dos cámaras de los EE. UU. (la segunda bestia) y la ONU (la bestia de Apocalipsis 17) al papa Francisco el 24/25 de septiembre de 2015? De hecho, comenzaron, perfectamente con la sanación de la herida de la primera bestia de Apocalipsis 13, cuando recuperó su supremacía sobre el mundo entero y el “continuo” fue así abolido: el papa Francisco había recuperado el “cetro del poder” con mayor poder que nunca antes y de hecho la separación del estado y de la iglesia había sido abolida en los Estados Unidos.
De esta manera se había allanado el camino para la elección de un presidente de esta segunda “bestia”, que recibió el apoyo del protestantismo caído y que recientemente resultó ser la serpiente de doble lengua del orgullo,[5] cuando incluso toleró el asesinato ante el público internacional, sólo para obtener beneficios económicos. ¿Es de extrañar que el castigo de Babilonia en el capítulo 18 de Apocalipsis habla tanto de la destrucción del poder comercial y económico de Babilonia?
¿Habíamos visto la abominación que ha sido establecida para causar estragos estando en el “lugar santo” ya en septiembre de 2015? ¿Es el Congreso de los Estados Unidos o la Asamblea General de la ONU un “lugar santo”? No lo creo. Y aquí vemos de nuevo que no debemos agrupar las cosas ni confundirlas.
Tenemos que estudiar Daniel (12), Mateo 24 y Apocalipsis juntos, pero debemos esperar obtener más detalles sobre un tema a través de las comparaciones y no considerarlos como una misma información.
Así, Daniel 12 nos da una visión general de los últimos 1290 días en los cuales el papado retiene su supremacía recuperada, y Mateo 24 retoma este tema y nos explica cuándo comienza el gran tiempo de angustia dentro de las 70 semanas de angustia. Sólo comienza cuando la abominación está en un “lugar santo”...
Cuando nos preguntamos qué significa esta profecía, primero debemos pensar en lo que queremos saber. ¿Queremos saber cuándo comienza el gran tiempo de angustia o dónde comienza?
Creo que estamos menos interesados en el dónde ¡que en el cuándo! Así que, el ángel Gabriel responde a la pregunta del profeta Daniel sobre el fin, con el tiempo y no con la ubicación:
Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin…Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días. (Daniel 12:8-9,11-13)
Así, la respuesta de Jesús en Mateo 24 a la pregunta de los apóstoles sobre el tiempo no es tanto una indicación del lugar sino del tiempo:
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3)
Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), (Mateo 24:15).
Para ser más precisos, ¡es un lugar en el tiempo! ¿Dónde encontramos algo así? ¡En un reloj, por supuesto! Si, por ejemplo, la manecilla de la hora está en el segmento entre las 5 y las 6, entonces sabemos que estamos en la hora de las 5 de la mañana o de las 5 de la tarde. Por ejemplo, si definiéramos esta área como una hora de oración, como lo hacen otras religiones, entonces sería un área “sagrada”[6] en nuestro reloj... como las horas de oración de la mañana y de la tarde.
Pero ¿dónde hay un reloj que tenga algo que ver con el cristianismo, Jesús, el templo celestial, el lugar santo y el santísimo? ¡En Orión, por supuesto! Lo sabemos desde hace mucho tiempo.
¿Hay lugares o segmentos más sagrados que otros en este reloj? Por supuesto que hay “áreas sagradas” muy especiales en él: las llamadas líneas del trono, que están formadas por las tres estrellas del cinturón de los tronos de Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y que definen dos segmentos especialmente pequeños en el reloj de Dios. ¡Estos deben ser los “lugares santos” del tiempo de Dios!
Desde que comenzó el tiempo de angustia (completo) de las 70 semanas, el tiempo divino cruzó sólo un lugar santo: el segmento de la línea del trono de la sexta trompeta (al principio del segundo ay). Sólo al comienzo de la tercera plaga se vuelve a llegar a un área tan sagrada.
Podríamos responder a la pregunta de por qué el gran tiempo de angustia no comenzó con la sexta trompeta simplemente diciendo que, en ese momento Jesús todavía estaba intercediendo en el Lugar Santísimo y que este segmento de la línea del trono es delimitado por Alnitak. También la línea del trono izquierda en la sexta plaga pertenece a los “reyes del oriente” y por lo tanto a las fuerzas buenas y no a los malos. Por otro lado, la línea del trono derecha está formada por la estrella del Padre y Mintaka, la estrella del Espíritu Santo. Si la abominación o Satanás estuviera allí, entonces él estaría casi delante del Padre en lugar de Jesús, y eso sólo sería posible después de que Jesús hubiera terminado Su ministerio intercesor antes de las plagas y después de que se hubiera levantado como Miguel en la segunda plaga.
También podríamos responder y decir que la hora de la bestia (el papado) con las naciones de Apocalipsis 17 (la reunión militarizada del G20 en Argentina del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2018 justo al comienzo de la tercera plaga) ya estaba definida en el artículo La hora de la verdad…
Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. (Apocalipsis 17:12)
En ese tiempo ya había hecho el siguiente gráfico, que muestra dónde está la hora de la bestia con las naciones en el reloj de Orión. Se encuentra entre Bellatrix y la línea del trono derecha. Pero como en ese tiempo estábamos en el Plan A, el tiempo seguía avanzando hacia adelante y la hora de la bestia no habría comenzado con la cuarta plaga en la línea del trono, así que Mateo 24:15 no se había cumplido tan perfectamente como es el caso ahora con la reversión del tiempo.[7] Con el comienzo de la tercera plaga del Plan B, la hora de la bestia comienza exactamente en el momento en que Satanás recibe o le es dado este poder sobre las naciones, porque entonces está en el lugar santo en el tiempo: en la línea del trono del Padre.
Pero para hacerlo claro para todo el mundo cristiano, que no quiere saber nada sobre el reloj de Orión, Jesús dio una señal inequívoca a los apóstoles que le preguntaban, que fue transmitida con el Evangelio, para que fuera una señal brillante en la jungla de los acontecimientos finales rápidos y para que nadie tuviera una excusa.
Omití intencionalmente el versículo que conecta todo el período y el gran tiempo de angustia en mis citas de Mateo 24. Aquí está ahora:
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. (Mateo 24:14)
Ya que el versículo que sigue habla del tiempo de la abominación en el lugar santo, esta debe ser la última señal dada poco antes del gran tiempo de angustia. Otra conclusión es que, si la hora de la bestia viene en la línea del trono de la tercera plaga, esta señal debe ser reconocible en la segunda plaga, y cerca de su final. Y si ese es el caso, debería tener algo que ver con el texto de la segunda plaga.
Sin embargo, primero, es destacable que este versículo definitivamente tiene algo que ver con la tercera plaga, porque el texto detallado de esta plaga menciona que una voz viene del altar que expresa satisfacción con los juicios de Dios.
Esta voz debe ser la voz de las almas bajo el altar que dejaron claro en el quinto sello que no estaban satisfechas de que el Señor todavía no había derramado Sus castigos sobre aquellos que eran culpables de su martirio a causa de la predicación del Evangelio:
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. (Apocalipsis 6:9-11)
En el texto de la tercera plaga aprendemos que este enigmático número completo de los mártires debe haber sido alcanzado poco antes de su comienzo (es decir, aún en la segunda plaga):
También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. (Apocalipsis 16:7)
A menudo nos hemos preguntado sobre estos mártires. Parece ser una contradicción que durante el gran tiempo de angustia muchas personas todavía deban dar sus vidas como mártires, mientras que el texto de la tercera plaga parece indicar que su número completo ya ha sido alcanzado al principio del gran tiempo de angustia.
Una vez más, debemos poner fin a un error generalizado que nosotros mismos también hemos cometido. El número completo de mártires que tienen que morir para que las almas bajo el altar puedan recibir su venganza no debe ser confundido con el número total de todos los mártires hasta el fin de los tiempos (¡o hasta la sexta plaga con la resurrección especial de los últimos mártires!)
De hecho, debe haber una definición bíblica en alguna parte del número total de mártires que aún no hemos reconocido como tal. Pero ahora, que la confusión sobre el tiempo de angustia es esclarecida y los textos de Daniel 12, Mateo 24 y Apocalipsis 16 han sido colocados en sus marcos de tiempo en el reloj de Orión, vemos claramente que el número de mártires, que no tiene nada que ver con su número total, es alcanzado cuando el Evangelio fue predicado por el último mártir en el último rincón de la tierra, y de esa manera se cumple Mateo 24:14.
Sólo si el mártir, que trataría de proclamar la salvación a la última “nación” de esta tierra, que nunca había oído nada de Cristo, hubiera sido asesinado en esa misma proclamación, entonces habría llegado el tiempo en que Dios Padre podría derramar Su ira sobre toda la humanidad, porque sólo entonces cada nación y cada ser humano habría tenido la oportunidad de aceptar o rechazar el único gran regalo, la vida eterna a través de Jesucristo.
Un análisis detallado de la palabra “testimonio” en Mateo 24:14 revela que el “testimonio” es el testimonio de un mártir, es decir, que se habla de martirio:
G3142
Martúrion
neut. de un der. presunto de 3144; algo que es evidencia, i.e. (gen.) evidencia dada o (espec.) el decálogo (en el tabernáculo sagrado): —dar testimonio, testificar.
El número completo de mártires se alcanzó el 16 y 17 de noviembre de 2018, 10 días antes del final de la segunda plaga, cuando un misionero americano hizo posible lo imposible y llegó a la “nación” más remota de la tierra, compuesta sólo por 30 a 500 personas, que nunca antes habían tenido contacto con un misionero cristiano. Poco antes de llegar a la costa de la isla Sentinel del Norte en las Islas Andamán, escribió en su diario:
“La Vía Láctea estaba sobre nosotros y Dios mismo nos protegió de la Guardia Costera y de la Franja Naval.”
Cuando llegó a la isla del océano Índico con la ayuda de pescadores locales, a la que el gobierno indio había prohibido estrictamente el acceso, un niño de la última tribu prehistórica de los sentineleses se le acercó y le disparó una flecha. La flecha golpeó la Biblia que el misionero sostenía delante de su pecho. Después de haber escapado, escribió en su última carta a sus familiares y amigos:
“dos hombres armados salieron apresuradamente a gritar”. Se encontró cara a cara con ellos y en un momento estuvo a “solo unos centímetros” de distancia. Cuando se acercaron, Chau gritó: “Mi nombre es John, te amo y Jesús te ama.”
Al día siguiente regresó, sólo para ser paralizado por varias flechas envenenadas, y tener una soga envuelta alrededor de su cuello y ser arrastrado a lo largo de la costa hasta que murió. El 17 de noviembre, su cuerpo sin vida fue visto por los pescadores en la playa. Cientos de reportajes periodísticos describen la muerte del misionero con más o menos detalle, así que me ahorro la molestia de insertar enlaces aquí.
John Allen Chau, de 26 años, no fue un suicida, sino que escribió en su última carta que amaba la vida y no quería morir, pero que tenía que hacer la voluntad de Dios, aunque tuviera miedo. Pidió a sus familiares que no se entristecieran en caso de su muerte y que no tuvieran resentimiento a la tribu.
¿Son estas las palabras de un verdadero cristiano que respondió al llamado de Jesús para llevar el Evangelio a los rincones más lejanos de la tierra, o se trata de un prosélito suicida e irresponsable que quería matar a la tribu con sus virus y bacterias, contra los cuales, este pueblo no tiene defensa inmunológica natural, según los antropólogos, como afirman algunos informes de prensa? Es extremadamente asombroso que se hayan elegido algunos titulares muy precisos, tales como:
El último mártir cristiano contra los últimos nativos de la tierra
Creemos que el mundo, que está bajo el dominio de Satanás, sabe exactamente por qué quería impedir el acceso a esta última “nación” de personas que nunca habían oído hablar de Cristo: Satanás conoce bien la profecía de Jesús y sabe que éste es el último hito antes de los juicios de Dios, es decir, el cumplimiento del mandato de la predicación del Evangelio de Cristo a todo el mundo.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; (Mateo 28:19)
John Allen sabía del peligro que corría. Marco Polo había escrito sobre la tribu que se comerían a cualquiera que pudieran atrapar, y a pesar de sus orgías sexuales en la playa, Dios en Su gracia los había preservado para este momento incluso en el gran tsunami de la Navidad del 2004, que inundó completamente su isla, sólo para que todavía tuvieran la oportunidad de aceptar a Cristo y recibir la salvación.
¿Fue pura coincidencia que los pescadores que desde entonces han sido encarcelados, fueran siete en número y John Allen Chau siendo un mártir, como Jesucristo en Juan 21 después de Su resurrección con los siete pescando en la playa del mar de Tiberias?
El mártir que completó el número dio su vida entre la Fiesta de las Trompetas (el Gran Sábado del 10 de noviembre) y el día de expiación (lunes 19 de noviembre) de la segunda posibilidad, en el día del Señor, el sábado del 16/17 de noviembre. Su muerte sirvió como advertencia del próximo Jubileo y selló los castigos de Dios Padre para la humanidad.
Comencé a escribir este artículo sobre él en el Gran Sábado de la segunda posibilidad del primer día de la Fiesta de Tabernáculos, el 24 de noviembre. Este sábado estaba bajo el auspicio del patriarca Abraham,[8] que había estado dispuesto a sacrificar a su único hijo por Dios. Isaac era un tipo de Cristo y Abraham de Dios Padre, cuyo amor por la humanidad va más allá del amor por Su Hijo unigénito.
La promesa o pacto eterno que Dios había dado a Abraham era que el número de los salvos sería tan grande como el número de estrellas visibles. Las estrellas que podemos ver a simple vista prácticamente todas proceden de nuestra galaxia natal, la Vía Láctea. Qué significativo es que John Allen Chau lo mencionara en sus últimos escritos poco antes de su muerte. Desafortunadamente, no se encontrará ninguna estrella que represente a un miembro de la tribu Sentinelese, ni a muchos otros que aún están vivos.
El tercer día de la segunda posibilidad de la Fiesta de Tabernáculos está marcado en el reloj de Dios como el día del comienzo de la línea del trono de la tercera plaga. Ahora sabemos que es el comienzo del gran tiempo de angustia. Este día está bajo el auspicio del patriarca Jacob. El gran tiempo de angustia también es llamado el tiempo de angustia de Jacob en la Biblia.
¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jeremías 30:7)
La salvación es prometida sólo a los que son fieles a Dios, como en Daniel 12:1. Sin embargo, muchos tendrán que dar sus vida a lo largo del camino después de John Allen Chau, cuando reusar la marca de la bestia sea castigado con la muerte. Sin embargo, estos sólo aumentarán el número total de mártires y el número de estrellas que los representan, y ya no contribuirán al número que tenía que ser completado. Sus asesinos serán castigados en el juicio del milenio en el cielo por los santos, a quienes también pertenecen todos los mártires.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4)
He escrito sobre el hecho de que el Espíritu Santo se habrá retirado completamente de la tierra al final del tiempo central de la segunda plaga. Esto también significa que, desde la tercera plaga en adelante, los cinco ángeles de destrucción de Ezequiel 9 matarán a todos aquellos que no tengan la marca de Dios en sus frentes.
Los Sentineleses fueron el último pueblo en haber tomado una decisión sobre el pacto eterno. Ellos rechazaron la vida eterna, así como los adventistas rechazaron al Espíritu Santo en la lluvia tardía de Orión y el cristianismo rechazó la verdad del sábado del cuarto mandamiento. Todos han sido condenados igualmente a sufrir la ira de Dios por su odio a Dios y a Sus mensajeros.
Con la decisión de los Sentineleses, el hombre con el tintero de escribano, el Espíritu Santo, ha completado Su tarea. Ellos se negaron a aceptar el sello salvador del sacrificio de Cristo que John Allen Chau quería entregarles.
Y he aquí que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura, respondió una palabra, diciendo: He hecho conforme a todo lo que me mandaste. (Ezequiel 9:11)
Otro gran error de los cristianos es que creen que una persona está inscrita en el libro de la vida a través de su bautismo. No, cada persona entra en el libro de la vida al nacer, por eso es llamado el libro de la “vida”.
Sin embargo, una persona tiene que asegurarse de no ser borrada cuando se lleve a cabo el juicio. La condenación tiene lugar cuando el pecado es encontrado en una persona, y puesto que todas las personas son pecadoras y sólo la aceptación del sacrificio de Jesucristo puede traer expiación por el pecado, todas las personas que nunca aceptaron a Jesús serán removidas del libro de la vida cuando sus casos sean presentados en el juicio investigador.
Este juicio investigador en el cielo comenzó en el año 1844, primero con los muchos que estaban muertos y así también el borrar de los nombres del libro de la vida. Luego, en 2012, el 6 de mayo, el juicio comenzó a pasar a los vivos y comenzó en la casa de Dios en ese tiempo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Luego pasó a los otros cristianos. Cuando ellos también habían sido examinados, no quedaba nada que investigar, pues sólo había que examinar los casos de aquellos que a través de la aceptación de Jesús habían entrado al juicio investigador. Los miembros de las otras religiones del mundo ya están perdidos, ya que para ellos la sangre expiatoria de Jesús no existe en absoluto. Sin embargo, a todos ellos se les debe haber dado la oportunidad de aprender acerca de Jesús y elegir la salvación.
Si los Sentineleses hubieran escuchado, el fin seguramente habría sido pospuesto de nuevo y Dios Padre, quien es el tiempo, habría dado más tiempo. Pero Él ya conocía el resultado desde antes, porque es omnisciente. Es por eso que el reloj de Dios está corriendo hacia su fin, con exactitud al segundo.
Entonces, ¿quién es un alma viviente? Hay o había dos tipos de ellas: todo cristiano que todavía no había sido encontrado falto en el juicio investigador, y todo no cristiano que nunca había tenido la oportunidad de aprender algo acerca de Jesús.
Puesto que el juicio de los vivos ya había terminado antes del último intento de evangelización de la última nación de la tierra, que nunca había oído hablar de Jesús, las últimas almas vivas cuyos casos aún no se habían decidido sobre la muerte o la vida eran los Sentineleses. Pero ahora sus casos también están decididos por el asesinato de John Allen Chau y por este pecado fueron removidos del Libro de la Vida.
Así, el texto de la segunda plaga, que he examinado en varios artículos que han seguido los acontecimientos actuales, ha llegado a su cumplimiento final:
El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar. (Apocalipsis 16:3)
Había un “hombre muerto”, el periodista saudí Khashoggi, que ni siquiera había entrado en el juicio investigador porque pertenecía al islam. Lo que suena como una repetición innecesaria del contenido, a saber, la sangre (1) de un muerto (2), en realidad se refiere a dos hechos diferentes. El “muerto” es el musulmán Khashoggi, quien ciertamente tuvo la oportunidad en su vida de aceptar a Jesús, pero lo rechazó. Ya estaba muerto espiritualmente cuando su “sangre” fue derramada en su asesinato el 2 de octubre de 2018, exactamente el día del comienzo de la segunda plaga, en el “mar” de Europa.
Luego vino el “mar” de los sangrantes mercados bursátiles, que, sin embargo, no fueron más que presagios de la destrucción total de la economía mundial en la destrucción final de “Babilonia”. Muchas personas fueron enterradas en el “mar” de llamas en California, unas destinadas a la resurrección especial y las otras a la segunda resurrección. Sin embargo, la interpretación final de “los seres vivos que murieron en el mar”, es dada al final del tiempo central de la segunda plaga: los Sentineleses en el Océano Índico fueron los últimos seres vivos en rechazar su última oportunidad de permanecer registrados en el Libro de la Vida. Así, al mismo tiempo se ha terminado el juicio de los vivos para toda la humanidad.
Ya nadie tiene excusa ante el Juez de toda la tierra y ahora sucederán cosas en las que incluso Satanás temerá por su miserable vida, como ya lo hizo en el tiempo del diluvio.
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