Jesús maravilló a Sus discípulos cuando, en respuesta a que ellos señalaran los edificios del templo, Él dijo que de esos edificios no quedaría piedra sobre piedra.

Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. (Marcos 13:2)

Apenas parecía posible, pero la historia ha confirmado la verdad de Sus declaraciones, y ninguno de esos edificios permanece hoy en día. Lo único que queda en pie es el muro de contención que estaba debajo, que no formaba parte de ningún edificio. La naturaleza extrema, incluso inimaginable, de tal destrucción llevó a los discípulos a interrogar al Señor sobre la única cosa que podían imaginar que podría provocarla: el fin del mundo.

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3)

Esto fue como Dios lo quiso, porque usaría la destrucción de Jerusalén, en la que se cumplió esa extraordinaria profecía de Jesús, como un tipo de la destrucción que pondría fin al mundo entero casi dos milenios más tarde. Lejos de aplicarse sólo a la destrucción que era inminente en ese día, ustedes verán cómo todo Su discurso proporciona una base para comprender la angustia especialmente de estos últimos días.^[1]

El comienzo de la angustia

Después de advertir de engaños, guerras, hambrunas, pestilencias y terremotos, Jesús dijo,

Y todo esto será principio de dolores. (Mateo 24:8)

Esta expresión, “principio de dolores” se refiere a los dolores de parto, lo que trae a nuestra mente muchas profecías del tiempo del fin que usan la analogía del parto para representar los dolores de angustia que el mundo experimenta en el fin. La gran señal de la mujer de la que hablaba todo el mundo cristiano en septiembre de 2017 (mayormente oscureciendo el consejo de Dios con palabras sin sabiduría^[2]), fue en el período de la cuarta trompeta cuando los ayes del apocalipsis fueron anunciados, ¡conectando directamente los dolores de parto de la mujer con los ayes del apocalipsis!

Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. (Apocalipsis 12:2)

En la profecía, su nacimiento se refería al nacimiento de Cristo en la tierra, pero la señal celestial apunta al regreso de Jesús, representado en la señal por el “planeta rey” Júpiter, que cruza la línea que forma el vientre. Así, cuando Jesús dice que esas señales son principio de dolores, podemos ver una referencia válida al comienzo de los ayes. La angustia de esos días comenzó fuerte y clara con la declaración de Trump del 6 de diciembre de 2017 sobre Jerusalén como la capital de Israel.

Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles! (Apocalipsis 8:13)

¡La angustia que comenzó en ese momento no es comparable a lo que vendrá cerca del fin! Ese fue sólo el primer ay. La angustia es pequeña al principio, y aumenta en intensidad antes de que Jesús indique que es verdaderamente un gran tiempo de angustia. Y Jesús nos da un importante indicador del tiempo en ese punto de transición:

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. (Mateo 24:14)

Una misión de sacrificio

¿Quiénes son los testigos del evangelio del reino de Cristo? Recientemente—a menos de diez días antes de la tercera plaga—un joven misionero estadounidense que amaba a Jesús y anhelaba ver cumplidas esas palabras de Cristo, se ofreció a sí mismo para sufrir las consecuencias de alcanzar a las personas más aisladas del mundo. Él sabía los peligros, y que visitar la Isla Sentinel del Norte era ilegal, pero a esa gente nunca se le había presentado el evangelio de Cristo, y él, buscando obedecer a Dios antes que a los hombres o a sus propios temores, voluntariamente lo arriesgó todo para darles la oportunidad de recibir la vida a través de Jesús. En su diario del viaje, escribió

“La Vía Láctea estaba sobre nosotros y Dios mismo nos protegió de la Guardia Costera y de la Patrulla Naval.”

Cuando con la ayuda de siete pescadores locales que eran creyentes, John Allen Chau llegó a esta isla en el océano Índico, cuyo acceso había sido estrictamente bloqueado por el gobierno de la India, fue recibido por un joven de la última tribu prehistórica de los Sentineleses, quien le disparó una flecha. Ésta golpeó la Biblia que el misionero estaba sosteniendo en frente de su pecho.

Volviendo rápidamente a su barco, escribió sobre la experiencia, notando que no quería morir, y cuestionando la sabiduría de este esfuerzo. “¿Sería más prudente marcharme y dejar que alguien más continúe?”, garabateó, revelando su lucha interior. “No”, decidió. Volvería, ya sea que viviera o muriera.

Este es el sacrificio que el mundo no entiende. Es una insensatez para aquellos que piensan que es más importante preservar una cultura que enseña la violencia a sus hijos como una forma de vida, en lugar de promover un estilo de vida pacífico a través de la verdad. El mundo sólo puede ofrecer paz a través de la tolerancia, pero Dios ofrece paz a través de la transformación.^[3]

Muchos muestran desprecio como si él hubiera sido el asesino, por el riesgo de llevar una enfermedad extraña a las personas aisladas. Sin embargo, su aparente preocupación proteccionista revela una motivación diferente y más probable.^[4] En el reino de Satanás, el proselitismo es tabú. La regla de gobierno es “coexistir”, es decir, dejar que cada uno crea lo que quiera, y no asumir que su propia religión es mejor que cualquier otra. Este principio significa problemas para aquellos que sirven a Dios, porque eso no es lo que Jesús enseñó a Sus discípulos.

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

La publicidad que este joven y decidido misionero recibió, con su devoción a la obra del Señor por encima de sus propios intereses pone ante los ojos del mundo una señal del cumplimiento de la profecía de Jesús de que el evangelio iría a todo el mundo. Pero ¿era él, teniendo sólo el principio del evangelio,^[5] el último testigo del mundo, o es su experiencia en el martirio un tipo, o un reflejo de aquellos que predican el evangelio entero en toda su gloria? ¿Quiénes son los verdaderos últimos testigos del evangelio del reino de Cristo?

Los sabios, teniendo aceite en sus lámparas, saben la respuesta específicamente, pero ellos están descritos en términos proféticos en Apocalipsis 11. Ellos predican al mundo en el fin, dando testimonio por medio de grandes señales y plagas, de tal manera que las naciones tienen un tremendo odio contra ellos a causa de Cristo. Los Sentineleses recibieron a su último misionero con flechas destinadas a matar, pero en cambio traspasaron la Palabra^[6] a Quien él representó ante ellos. La forma en que fue recibido este misionero refleja la de los dos testigos, quienes fueron tratados con la misma hostilidad inmediata por el mundo.

Si ustedes están familiarizados con los estudios del sitio web de Granja Nube Blanca, entonces ustedes podrían saber que el marco de tiempo de la profecía de estos dos últimos testigos, 1260 días para cada uno, termina en un tiempo especial: 6 de abril de 2019. A medida que continuamos, comenzarán a ver cuán importante es ese hito de tiempo, pero ya sabemos que está al principio de la sexta plaga según el reloj de Dios, y Jesús señala el final del marco de tiempo del testimonio de los dos testigos como el tiempo en que la predicación del evangelio de Su reino a todo el mundo sería terminada. Esta es una división clave en el tiempo que separa el “pequeño tiempo de angustia” que le precede del muy diferente tipo de angustia que vemos cuando leemos los versículos siguientes:

Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes…porque habrá entonces gran tribulación, [Strong's: “presión”, también traducida como “angustia”], cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo 24:15-16,21-22)

La abominación en un Lugar Santo

Tan grave es la angustia que viene después de que la abominación esté en el lugar santo, que Dios, en Su misericordia, debe acortarla, o incluso Sus elegidos serían destruidos. Cuando nos preguntamos qué significa esta profecía, ¡primero debemos pensar en lo que queremos saber! ¿Queremos saber dónde comienza el gran tiempo de angustia, o cuándo comienza?

Como Daniel cuando preguntó sobre la visión que le fue dada, a la cual Jesús se está refiriendo, ¡estamos menos interesados en el dónde que en el cuándo! Por lo tanto, el ángel Gabriel respondió a la pregunta del profeta Daniel acerca del fin con el tiempo y no con la ubicación:

Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin... Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días. (Daniel 12:8-9,11-13)

Así, la respuesta de Jesús en Mateo 24 a la pregunta de los apóstoles sobre el tiempo también fue menos una indicación de lugar que de tiempo. Veamos eso de nuevo:

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3)

Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), (Mateo 24:15)

Para ser más precisos, ¡es un lugar en el tiempo! ¿Dónde encontramos tal cosa? ¡En un reloj, por supuesto! Si, por ejemplo, la manecilla de la hora está en el segmento entre las 5 y las 6, entonces sabemos que estamos en la hora temprana de las 5 de la mañana o a las 5 de la tarde. Si definiéramos esta área, por ejemplo, como una hora de oración, como lo hacen otras religiones, entonces sería un lugar “santo”^[7] en nuestro reloj... las horas de oración de la mañana y de la tarde.

Pero ¿dónde hay un reloj que tenga algo que ver con el cristianismo, Jesús, el templo celestial, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo? ¡En Orión, por supuesto! Sabemos esto desde hace mucho tiempo.

¿Hay lugares o segmentos santos y menos santos en este reloj? Por supuesto, hay “lugares santos” muy especiales en él: las llamadas líneas del trono, que están formadas por las tres estrellas del cinturón de los tronos de Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que definen dos rayos estrechos en el reloj de Dios (mostrados en rojo). ¡Estos deben ser los “lugares santos” del tiempo de Dios!

¿Valida esto el marcador de tiempo previamente identificado que divide el pequeño y el gran tiempo de angustia? ¡Por supuesto! ¡El final de los 1260 días de los testigos, así como los 1290 días de la abominación desoladora de la visión de Daniel coinciden exactamente con las líneas del trono, o el “lugar santo” de la sexta plaga!

Debemos preguntarnos, por supuesto, qué significa que la abominación desoladora se encuentra en ese lugar, o, mejor dicho, en ese tiempo. Esto será contestado en detalle en un próximo artículo, pero por el momento, consideremos dos pistas importantes:

• En Daniel 12, la abominación desoladora es establecida al comienzo de la cuenta regresiva de los 1290 días, mientras que Jesús se refiere al tiempo en que esa abominación previamente establecida se encuentra en un lugar santo. ¡Las dos profecías miran la misma abominación desde dos ángulos diferentes, o posiciones en el tiempo!

• Las líneas del trono en el reloj de Dios son una región de reflexión profética, de tal manera que los eventos y profecías que ocurren en las líneas del trono a un lado del reloj están relacionados con aquellos que ocurren en las líneas del trono opuestas.

Por lo tanto, del punto 2, podemos observar las líneas del trono de la tercera plaga para encontrar una pista de lo que puede suceder en las líneas del trono de la sexta plaga. Y del punto 1, debemos preguntarnos qué debe suceder al final de la profética línea de tiempo que termina entonces, eso se relaciona con lo que Jesús parece describir como un momento sumamente diabólico en la obra de la abominación desoladora— cuando se encuentra en el lugar santo.

Pero primero, refresquemos nuestra memoria con respecto a la naturaleza de la abominación desoladora en Daniel 12, que es establecida cuando el “continuo” es quitado^[8] al principio de los 1290 días:

El Hermano John ya escribió sobre el “continuo” o “diario” al comienzo de su ministerio público, y vale la pena repasar el breve artículo La resurrección de la bestia. Allí identificó al “continuo” como el “cetro de poder”, que desafortunadamente sólo unos pocos estudiantes de la Biblia han reconocido hasta ahora. Él escribió:

Yo apoyo la opinión de los pioneros (paganismo^[9]) y la de Marian Berry, y entiendo el “continuo” finalmente como “el cetro del poder” que se pasa de un poder a otro. Se trata de la supremacía de la Roma papal en Daniel 12:11

¿Fue correcto de nuestra parte comenzar los 1290 días de Daniel 12:11 con la transferencia de poder de las dos Cámaras de los Estados Unidos (la segunda bestia) y la ONU (la bestia de Apocalipsis 17) al papa Francisco el 24/25 de septiembre de 2015? En efecto, los 1290 días comenzaron perfectamente con la sanación de la herida de la primera bestia de Apocalipsis 13, cuando ésta recuperó su supremacía sobre el mundo entero y se quitó de esta manera el “continuo”: el papa Francisco había recuperado el “cetro del poder” con mayor poder que nunca antes y de hecho la separación del estado y de la iglesia había sido abolida en los Estados Unidos.

De esta manera se había allanado el camino para la elección de un presidente de esta segunda “bestia”, que recibió el apoyo del protestantismo caído y que recientemente resultó ser la serpiente de doble lengua del orgullo,^[10] cuando incluso toleró el homicidio ante el público internacional, sólo para obtener beneficios económicos. ¿Es de extrañar que el castigo de Babilonia en el capítulo 18 de Apocalipsis habla tanto de la destrucción del poder comercial y económico de Babilonia?

Las líneas del trono de la tercera plaga son también un lugar santo en el tiempo, y vimos cómo las aguas ensangrentadas de esa profecía se refirieron a millones de ucranianos que murieron de hambre a causa de las políticas corruptas del régimen de Stalin. ¿Podría ese régimen cruel y despótico tener algo que ver con la sexta plaga? ¿Qué hay de la abominación papal misma? ¿Hizo o dijo el papa algo de interés durante las líneas del trono en la tercera plaga que pudiera arrojar luz sobre la transición al gran tiempo de angustia de la sexta plaga?

Al comienzo de la tercera plaga en la línea del trono, el papa Francisco opinó sobre la situación en Ucrania con una prontitud inusual, reconociendo la mencionada hambruna ucraniana como un genocidio y pidiendo oraciones “por su tan anhelada paz”. Al recordar ese horrible hecho, se puso de pie en sentido figurado en un lugar santo, y eso en un lugar santo en el reloj. Sin embargo, sus palabras no fueron pronunciadas en Ucrania, sino como de costumbre, en el Vaticano, que, considerando a los muchos que han sido ejecutados por su propio abuso de poder, no es un lugar más santo que el Kremlin donde Stalin una vez estuvo. Las palabras del papa reflejan figurativamente lo que vendrá en la sexta plaga, así como las líneas del trono hacen que la tercera plaga sea un reflejo de la sexta.

Todas estas cosas tienen un gran significado, como el cuerpo de John Allen Chau, que las autoridades se negaron a recuperar para darle una sepultura adecuada. Fue visto por última vez poco más de una semana antes de que comenzara la tercera plaga, lo que refleja el tiempo poco antes de la sexta plaga, cuando los dos testigos terminarán su predicación antes de ser silenciados también. Los eventos que rodean la tercera plaga reflejan los que vienen en la sexta.

Que el papa recuerde el Holodomor—un nombre que en ucraniano claramente se refiere a la matanza masiva por hambruna—apunta no sólo al hambre de la palabra de Dios inducido por la tolerancia por la que el mundo está clamando, sino también a la hambruna literal de los siete años de escasez que comenzará poco después. Hoy en día, el mundo persiste en tratar de establecer la paz a través de la tolerancia en lugar de la verdad. ¿Podría el anuncio—hecho durante las líneas del trono en la tercera plaga—que el acuerdo de paz de Trump en el Medio Oriente (preparado por su yerno) está completo, también reflejar los eventos venideros en la sexta plaga?

¿Qué podría hacer el papa para estar físicamente en un lugar santo en ese momento? Estas cuestiones son el tema de los próximos artículos que no querrás perderte, pero en la medida en que este es un tiempo en que los cumplimientos proféticos están convergiendo, el gran final culminante del cual Dios ha estado advirtiendo por tanto tiempo ya es visto en las reflexiones del tiempo.

Podemos anticipar que, tal como ocurrió en Ucrania en 1932-1933, la lucha animalista por la supervivencia superará todos los vestigios de moralidad que queden. Así como las buenas personas fueron las primeras en perecer en el Holodomor, así los que tienen verdadera moralidad serán llevados primero—en la Segunda Venida—antes de los siete años de escasez, cuando la profecía de Moisés contra los que no escuchan la voz de Dios o consideran Su Ley, será cumplida de nuevo como un testimonio horroroso de los resultados del pecado:

Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo. El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. (Deuteronomio 28:53-55)

Nadie puede sobrevivir al tiempo de angustia “cual nunca fue” que está por venir sobre la tierra.