Código de conducta para miembros de la Sociedad AGS

Requerido para acceder al área de miembros de la sociedad.

1. El bautismo

Una de las más fundamentales e importantes confesiones de fe es el bautismo por inmersión en agua. Es una demostración pública de la fe en Jesucristo como nuestro Salvador a través de la sustitución de Su muerte y vida por la nuestra, y las palabras de Pablo dan una imagen más clara de lo que significa:

Porque somos sepultados juntamente con él [Jesús] para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. (Romanos 6:4)

El Adventista del Gran Sábado puede apreciar el significado del bautismo más que  otros cristianos que practican el bautismo por inmersión, dado el lugar prominente que tiene en el Misterio de la Ciudad Santa y en la señal del Hijo del homre. Sin embargo, el bautismo en sí no es diferente, y habiendo sido bautizado una vez por inmersión como una confesión pública de fe en Jesucristo, es suficiente para satisfacer el requisito del bautismo para ser miembro de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado. Sin embargo, aquellos que han sido “bautizados” de cualquier otra forma, necesitarían ser bautizados de nuevo de acuerdo con el modelo bíblico de inmersión.

2. Estructura organizativa

La Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado se rige por las leyes del cielo y, por lo tanto, está organizada de tal manera que evita que las leyes del estado interfieran con el fiel cumplimiento de nuestro deber y obligación hacia Dios. Por consiguiente, esta sociedad no es una organización sin fines de lucro reconocida por el estado, aunque en la práctica, de hecho no es con fines de lucro, pero para obtener el reconocimiento del estado, la organización tendría que someterse, entre otras cosas, a los principios de igualdad y no discriminación definidos por el estado. Dios sabía los peligros de concesiones que tendríamos que enfrentar, y dio sabia instrucción desde el principio para dejar el camino claro:

No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos. (Éxodo 23:8)

El regalo del estado es reducir la carga de impuestos para contribuyentes y organizaciones, si la organización se atiene a los principios estatales de tolerancia y no discriminación (entre otros), que son contrarios a la Ley de Dios, que discrimina en contra del pecado. Para que las palabras de los justos no sean pervertidas como hemos visto suceder en la Iglesia Adventista del Séptimo Día y en cualquier otra organización religiosa que haya recibido este regalo tentador del estado, la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado y sus miembros deben trabajar en un nivel superior. Los diezmos y las ofrendas dados a esta organización no son deducibles de impuestos.

3. Los diezmos

Se espera que los miembros de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, después de haber aceptado nuestra alta vocación, sean fieles en todas las cosas, y eso incluye la devolución del diezmo, o el 10% de los ingresos que Dios ha dado, antes de que se paguen los impuestos o los gastos necesarios. Esa porción es santa, y Dios le pide al individuo que se la devuelva a Él como un reconocimiento tangible de Su posesión de todo. Por lo tanto, como mayordomos fieles de los recursos de Dios, devolver el diezmo es un requisito para ser miembro de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado.

Las iglesias se han corrompido con el estado, descendiendo a la apostasía y el terrible mal uso de los diezmos que se les dan, incluso utilizándolos para lo que claramente no es la obra de Dios. Por lo tanto, los diezmos dados a través de esos canales corruptos no son devueltos a Dios, sino a los siervos corruptos de Babilonia. El diezmo es la parte santa de los ingresos y es tratado como tal por el liderazgo de este ministerio. Es usado para apoyar una obra santa y no es apropiado para propósitos comunes.

Debido a que no hay otra organización que esté entregando fielmente el último mensaje de Dios al mundo, que Él ha dado como un arca de seguridad para salvar vidas de la tierra, se deduce que la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado es el único alfolí que queda que Dios puede reclamar como Suyo. Como lo fue en los días de los primeros apóstoles, así es ahora. Aunque la iglesia era pequeña y joven, era el cuerpo elegido de Dios, separado de la gran mayoría infiel, que había rechazado a su Señor.

4. Afiliaciones religiosas

Para convertirse en miembro de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, es necesario renunciar primero a cualquier otra membresía en el sistema de iglesias de Babilonia y organizaciones exentas de impuestos. La fe de los 144.000 debe ser pura e inmaculada de las falsas enseñanzas y prácticas comunes en tales organizaciones. Los miembros deben estar dispuestos para dar testimonio de su fe, no solo en conversaciones con otros, sino también de manera visible, colocando el sello de Alfa y Omega en sus perfiles de redes sociales, profesando así sin vergüenza su creencia en el mensaje del Signo del Hijo del Hombre, que está formado por los cometas K2 y E3.

5. El área de miembros de Filadelfia

El acceso al área de miembros de la sociedad es un privilegio que conlleva responsabilidades que van más allá de las del estudiante fiel. La enseñanza avanzada compartida en esta área está restringida a aquellos que han demostrado su disposición a seguir a su Señor en el acto más alto de autosacrificio y que han ordenado sus vidas de acuerdo con el llamado de los 144,000. Uno de los representantes regionales debe, de buena fe, verificar que la dedicación personal del candidato a Cristo lo ha llevado a hacer todos los cambios necesarios en su estilo de vida para testificar que nada es tan importante para él que no lo dejaría si su Señor lo requiriera. Una vez cumplidos estos requisitos, el candidato puede solicitar la membresía en la comunidad HSA o Filadelfia, lo que le otorga acceso al área de miembros de la sociedad.