[Nota a partir de marzo de 2024: Antes de agosto de 2023, entendimos que al tomar las vacunas de ARNm, uno perdería inmediata y permanentemente la capacidad de arrepentirse, debido a que efectivamente se expulsaría al Espíritu Santo del templo corporal. Sin embargo, aun esta violacion no pondria a uno mas alla del perdón en ese tiempo, aunque impediria que uno pudiera pertenecer a los 144,000 testigos. El que haya tomado una vacuna de ARNm debe arrepentirse y buscar el perdón de Dios y la purificación de la profanación de Su templo, y determinarse a no volver a cometer tal ofensa, aunque le cueste la vida.]
El esfuerzo global unido—impulsado por el papa—para vacunar al mundo con una inyección experimental que utiliza tecnología relacionada con el ADN es demasiado apocalíptico para ser ignorado, pero muchos que dicen “paz y seguridad” señalan que “la Biblia no dice nada sobre una vacuna”. ¿Es eso cierto? Por otro lado, hay otros cristianos que ven la vacuna como la marca de la bestia misma: el mayor mal que hay que evitar porque la Biblia dice que los que la reciban serán arrojados al fuego del infierno. ¿Cuál es la verdad del asunto?
En este artículo, examinaremos sistemáticamente las escrituras clave y apelaremos al Espíritu Santo que nos enseñe el significado de la palabra de Dios en relación con las cuestiones de hoy, en consonancia con el entendimiento protestante de que la Biblia puede ser entendida por la gente común, razón por la que muchos antiguamente dedicaron sus vidas a hacerla ampliamente accesible.
La primera clave para entender la marca de la bestia es reconocer que la profecía emplea símbolos. Los acontecimientos que eran futuros en la época en que se escribió la Biblia fueron descritos por sus características utilizando símbolos. La siguiente (y relacionada) clave es que los símbolos bíblicos son definidos bíblicamente. La Palabra Viva es autosuficiente, al igual que Dios es auto existente.
Con sólo estas claves básicas, consideremos un ejemplo de un versículo bíblico para mostrar cómo estas claves desbloquean la profecía. La marca de la bestia es introducida en relación con la llamada “segunda bestia” de Apocalipsis 13:
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. (Apocalipsis 13:11)
Como puedes ver, esta profecía contiene símbolos. Algunos son objetos—tierra, bestia, cuernos, cordero, dragón—y otros son acciones–subir, hablar—pero estas palabras son TODAS símbolos. Un animal político (una bestia[1]) adquiere prominencia (subía[2]) en una zona poco poblada (la tierra en contraposición al mar[3]) con dos pilares de fuerza (los cuernos[4]) y que propugna principios cristianos (como un cordero[5]) pero que legisla (habla[6]) como el diablo (un dragón[7]).
El significado de los símbolos en el versículo anterior proviene directamente de la Biblia; sólo se proporciona un texto de referencia de muestra para cada símbolo en las notas a pie de página, pero el significado completo de las Escrituras tiene su peso al dar la definición de cada símbolo. Al entender los símbolos, uno puede mirar cómo el paisaje político se transformó a través de la historia e identificar la bestia de la que se habla aquí. Los estudiantes de la Biblia han hecho las conexiones desde hace mucho tiempo, y sus conclusiones guiadas por el Espíritu siguen siendo válidas.
Esta bestia es la entidad política de los Estados Unidos,[8] que surgió en una región entonces escasamente poblada (en contraste con el Antiguo Mundo) como una nación cristiana que defendía la libertad de conciencia y la libertad de religión, y que adoptaba los principios del republicanismo y el protestantismo como su fundamento.[9] Sin embargo, sus leyes se han ido pareciendo cada vez más a las leyes del diablo: se han ido formando gradualmente siguiendo el patrón de la tiranía papal, hasta que en 2015, el papa—el archienemigo de cuyo poder perseguidor huyeron los padres peregrinos—fue finalmente recibido en suelo estadounidense para dirigirse a las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos en sesión conjunta, e incluso al mundo entero en la Asamblea General de la ONU. Hoy, Joe Biden, autoproclamado como un devoto católico, incluso recibe órdenes directamente del papa (algo que el único presidente católico anterior, John F. Kennedy se negó a hacer, razón en parte por la que fue asesinado).
Según la Biblia, es esta nación (los EE. UU.) la que encabeza la agenda de la marca de la bestia del papado (la primera bestia descrita en Apocalipsis 13[10]):
Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. (Apocalipsis 13:12)
Si la elección de Biden no demuestra la completa y total curación de la herida del papado de tiempos pasados cuando había perdido su poder e influencia global, ¡es difícil imaginar qué otra cosa podría hacerlo! La nación entera está siendo llevada a adorar o dar reverencia al papa a través de su agenda climática, su agenda económica, su agenda de vacunación, y muchas otras cosas.
También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. (Apocalipsis 13:13-14)
Los versículos 13 y 14 son muy significativos, pero aquí en estos versículos encontramos la primera mención directa de la imagen de la bestia. Observa que aún no se menciona la marca, al menos no directamente. Esto es interesante por un par de razones. En primer lugar, tal vez sea una alusión al hecho de que la imagen de la bestia es algo más obvio que la marca, que todo el mundo puede identificar a primera vista y que es ampliamente reconocida antes que la propia marca. En segundo lugar, el hecho de que la Biblia distinga la marca y la imagen es significativo; implica que si uno no entiende esta distinción, entonces su concepto de la marca de la bestia seguramente aún no está completamente resuelto.
¿Estás preparado para entenderlo? Que el papa pisara suelo estadounidense en el 2015 NO fue el único evento proféticamente significativo de ese año. Ese fue también el año en que la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó y protegió el matrimonio homosexual a nivel nacional. Lo que era un acto criminal castigado por la ley hace apenas unos años, se convirtió en un “derecho” protegido según el máximo tribunal de la nación, y toda la tierra se convirtió así en una moderna Sodoma y Gomorra.
Pero antes de que se fueran a dormir, todos los hombres de Sodoma, tanto jóvenes como mayores, llegaron de todas partes de la ciudad y rodearon la casa. Y le gritaron a Lot: ¿Dónde están los hombres que llegaron para pasar la noche contigo? ¡Haz que salgan para que podamos tener sexo con ellos! (Génesis 19:4-5 NTV)
¿Ves cómo la segunda bestia “habló”? ¿Ves cómo los EE. UU. invocaron “fuego del cielo”—como una imitación de Elías; una imitación del movimiento del Espíritu Santo—utilizando su poder en la Corte Suprema para engañar a las iglesias y a los líderes religiosos para que acepten o toleren el matrimonio homosexual? Esto ocurrió “a la vista” de la primera bestia, es decir, en junio, en vista de la visita del papa en septiembre de ese mismo año. El papa vino durante el Encuentro Mundial de las Familias, pero no denunció la sentencia de la Corte Suprema, sino que la aprobó tácitamente.
Pero, ¿qué es exactamente la imagen de la bestia, y cómo define la Biblia este símbolo? La clave para descifrar la imagen de la bestia es reconocer que es una falsificación de la imagen de Dios:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27)
Esto es profundo.[11]
Pero también es bastante claro, y ahora es obvio que si el hombre y la mujer unidos en una sola carne constituyen la imagen de Dios, entonces la imagen de la bestia no es otra cosa que el matrimonio homosexual.
Uno puede preguntarse, ¿dónde está la estamina moral en un hombre como el papa que se supone que es el obispo de la iglesia mundial? Si los presidentes y los políticos se niegan a visitar y dialogar con las naciones rebeldes dirigidas por dictadores, ¿no debería un líder moral adoptar una postura y negarse a visitar una tierra que se ha corrompido como Sodoma y Gomorra, hasta que se corrija? La única conclusión lógica es que el papa estaba perfectamente cómodo en (o incluso deseoso de) una tierra donde la tradición homosexual de sus predecesores (los emperadores romanos) acababa de recibir la protección de la Corte Suprema.[12] Él lo aprobó.
Esto nos lleva a preguntarnos por qué Dios no hizo llover fuego sobre Estados Unidos todavía (o sobre los muchos otros países que siguieron su ejemplo). La respuesta es simplemente que Dios actúa de acuerdo con el debido proceso. Al igual que en la época de Sodoma y Gomorra, envió mensajeros para inspeccionar la condición, y sólo cuando se confirmó que la maldad había alcanzado el umbral crítico (cuando había menos de diez justos en la ciudad[13]), entonces sacó a Lot y destruyó las ciudades. Pero no olvides: el fuego y el azufre en la profecía es también un símbolo, en este caso, un símbolo de la muerte eterna. Ese ES el contexto, después de todo:
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. (Apocalipsis 14:9-11)
Cabe señalar que es una muerte casi segura de la influencia hablar en contra de las corrupciones LGBT en el mundo actual. Se han cerrado negocios por ello. Las voces son censuradas por ello. Se cierran cuentas y servicios por ello. Se pierden puestos de trabajo y se encarcela a personas por ello, etc. Las leyes que “hablan” en protección de los llamados derechos LGBT son la “causa”, tal como dice la Biblia en su lenguaje simbólico:
Se concedió a esta segunda bestia infundir vida a la imagen de la bestia hasta hacerla hablar y causar la muerte a todos cuantos se negaran a adorar esa imagen. (Apocalipsis 13:15 BLP)
Pero no importa lo dura que sea la persecución—incluso hasta el punto de causar la muerte—es mejor morir con la conciencia tranquila que traicionar a Dios.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mateo 10:28)
Hemos abordado los versículos sobre la imagen de la bestia. En este punto, la profecía se expande para incluir otros aspectos:
Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca [1] o el nombre [2] de la bestia, o el número [3] de su nombre. (Apocalipsis 13:16-17)
Este es el versículo que a menudo es malinterpretado para indicar que “lo que cada quien entiende” es la marca de la bestia. Esto se debe a que cualquier cosa que limite la capacidad de la gente para comprar o vender podría “encajar” como una interpretación de este versículo. Sin embargo, la clave a recordar es que la profecía sigue hablando en símbolos, y los símbolos son definidos bíblicamente.
Además, es significativo que en este versículo haya realmente tres elementos implicados en las restricciones comerciales: la marca, el nombre (o imagen, equivalentemente) y el número. El hecho de no tener cualquiera de estas tres cosas dará lugar a que se le restrinja a una persona la compra y la venta. Por lo tanto, es importante entender estos tres símbolos.
En nuestro video titulado La triuna marca de la bestia (abajo), examinamos las principales interpretaciones de la marca de la bestia, y mostramos que cada una de las tres interpretaciones sólidas que prevalecen entre los cristianos protestantes hoy en día se alinean con los tres componentes identificados en la profecía. En otras palabras, las tres interpretaciones principales son todas compatibles y básicamente correctas, cuando se entienden en su relación adecuada.
La primera es la observación de que Dios también tiene una “marca”[14], que generalmente es conocida como Su “sello”, que también se coloca en la frente y en la mano, y que tiene que ver con la adoración[15] que se remonta al Edén, de manera similar a como la imagen de Dios también se remonta al Edén. Dios instituyó el culto divino en el séptimo día, después de haber terminado Su obra de creación, la cual concluyó con la creación del hombre como la cúspide de Su obra, hecho a Su imagen. Esta obra fue declarada “buena en gran manera”, y Dios descansó y pasó el séptimo día en comunión con Adán, instituyendo así el sábado del séptimo día como el sello de Su obra como el Creador—el día que debe ser apartado cada semana para la adoración del único Dios verdadero del hombre. Por el contrario, la propaganda de hoy insta a que la propia creación –el clima, la tierra—sea el objeto de adoración suprema y el más alto deber moral del hombre de proteger.
Esta interpretación de la marca de la bestia (a diferencia del sello del sábado) ha sido estudiada y reivindicada sólidamente durante casi dos siglos, y es la interpretación que sostiene la Iglesia Adventista del Séptimo Día hasta el día de hoy. Hay una gran cantidad de recursos disponibles sobre este tema. Como resultado de esta interpretación, los miembros de esta iglesia estiman mucho la libertad de conciencia, como lo hacen todos los protestantes verdaderos, porque “protestan” contra que el papado ejerza autoridad sobre la conciencia individual, ya sea dictando un día de culto distinto al que Dios estableció en el Edén, o si es (como hoy) sustituyendo no sólo al sol sino a la tierra que es calentada por él, como objeto de adoración en lugar de Dios.
Debido a su entendimiento de la marca de la bestia y a su aprecio por la libertad de conciencia, decenas de miles de personas en todo el mundo han firmado el Documento sobre la Libertad de Conciencia, escrito por Adventistas del Séptimo Día como un llamamiento a los líderes de la iglesia para que defiendan la libertad de conciencia en la cuestión actual a la que se enfrentan: la vacunación. El documento no es doctrinalmente específico y puede ser adoptado por cualquier iglesia cristiana.
Y esto nos lleva a la otra observación, que es que el actual impulso de la vacunación global es una infracción tan inimaginable de la libertad personal a escala mundial que pide ser visto como un cumplimiento de la profecía, y de hecho muchas personas lo ven como la marca de la bestia misma. Es sencillamente demasiado importante como para ignorarlo, y si esta afrenta global a la soberanía de Dios sobre la humanidad no tiene rango en la profecía bíblica, ¿qué lo tendría?
Para unir estos conceptos, es necesario entender varios puntos. El primero y más importante es que el Espíritu Santo guía a toda la verdad, pero la verdad es algo vivo; es un camino que hay que seguir, y la luz de ese camino siempre avanza en el tiempo. Como estudiantes de la Biblia y creyentes en Jesucristo, no podemos permitirnos detenernos en el camino. No podemos permitirnos detenernos en el redescubrimiento de Lutero de la justificación por la fe y luego rechazar su descubrimiento de que la sede del papa es la del Anticristo.[16] No podemos quedarnos como simples luteranos. No podemos permitirnos detenernos con el entendimiento que el bautismo bíblico implica la inmersión como símbolo de la muerte a sí mismo con Cristo, de la que también resucitamos en la novedad de la vida en Él; no podemos quedarnos como meros bautistas. Lo mismo podría decirse de cada denominación: debemos tomar la verdad por lo que es y seguir avanzando en el camino de la salvación, esperando más luz en nuestro camino a medida que el tiempo avanza. Nunca es seguro estancarse espiritualmente.
Esta lección es también para los Adventistas del Séptimo Día, quienes vieron el cumplimiento de la ley dominical como la marca de la bestia en los Estados Unidos en el período de 1888-1889. Pero por sus cuidadosos esfuerzos, evitaron esta ley nacional al influir en un solo voto en el Congreso que hizo la diferencia entre aprobar una ley dominical nacional y no aprobarla. La libertad de conciencia ganó, y la ley dominical no llegó a ser aceptada nacionalmente.
La lección, sin embargo, es que uno no debe dormirse en los laureles de su iglesia. Uno debe seguir avanzando en el camino, y eso incluye reconocer cómo la profecía está tomando forma hoy. Los símbolos bíblicos están definidos bíblicamente, pero su aplicación sigue siendo una cuestión de discernimiento, comparando las Escrituras con los temas del día. No hay ninguna “ley dominical” escrita directamente en la Biblia, al igual que no hay ninguna mención a las “vacunas” en la Biblia—entonces ¿cómo se sabe cuál es la marca realmente? Estas aplicaciones tienen que deducirse a partir de las circunstancias de la vida real que cumplan las características de los símbolos bíblicamente definidos, y el cumplimiento de la profecía es revelado progresivamente:
Nunca se ha aplicado este mensaje con tanta fuerza como hoy. El mundo desprecia cada día más las exigencias de Dios. Los hombres se han envalentonado en sus transgresiones. La maldad de los habitantes de la tierra, casi ha hecho desbordar la copa de sus iniquidades. Casi ha llegado la tierra al punto en el cual Dios se dispone a abandonarla en manos del destructor. La sustitución de leyes humanas en lugar de la ley de Dios, la exaltación del domingo prescrita por una simple autoridad humana en reemplazo del sábado bíblico, constituye el último acto del drama. Cuando esta sustitución sea universal, Dios se revelará. Se levantará en su majestad y sacudirá poderosamente la tierra. Castigará a los habitantes del mundo por sus iniquidades; y la tierra no encubrirá más la sangre ni ocultará más sus muertos. {7TI 137.5}
Observa que en la cita anterior, la mención del domingo es una declaración parentética que comenta del tema principal de la “sustitución” de las leyes. La ley acerca de la adoración era simplemente el único cumplimiento que se podía observar en esos años, pero la progresión continuaría a medida que “cada día más y más” la Ley de Dios sería sustituida por las leyes humanas. Más tarde vino la ley homosexual y ahora incluso las leyes de vacunación.
La historia de la ley dominical literal ya pasó, y los Adventistas del Séptimo Día necesitan ser receptivos al hecho de que el siguiente asunto que siguió fue la imagen de la bestia que se manifestó en términos del orgullo LGBT. Esto sustituye al séptimo mandamiento y alcanza un ámbito aún más amplio, yendo tanto a nivel nacional como internacional, pero no del todo universal. ¿Puede una persona honrar a Dios guardando Su sábado santo mientras está de acuerdo con el orgullo gay? Ciertamente no. Los que están del lado de Dios no pueden recibir la marca NI la imagen NI el número de la bestia. Deben tener la marca de Dios Y la imagen de Dios Y el número de Dios.
Observa que, en cada prueba sucesiva, el alcance es mayor. La ley dominical alcanzó el nivel nacional en los Estados Unidos en 1889, cuando el Congreso de EE.UU. la estaba debatiendo. La cuestión LGBT ha llegado muy lejos a nivel internacional, pero ciertamente no es universal. El esfuerzo de la vacunación, sin embargo, es un esfuerzo global con la cooperación de todas las naciones de la tierra. De esta manera progresiva, la sustitución de las leyes humanas en lugar de la Ley de Dios se ha hecho universal a través de los tres pasos de la marca, la imagen y el número de la bestia.
Llegamos ahora a la cuestión apremiante del esfuerzo de vacunación mundial, que es la más trascendental de las tres partes de la marca de la bestia. Esta es la parte que está asociada con el número de la bestia:
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis. (Apocalipsis 13:18)
En todos los casos, la marca, la imagen y el número falsificados por Satanás son una desfiguración de los pilares que Dios estableció en el Edén antes de que el pecado entrara en el mundo: el sábado fue establecido en el Edén, el matrimonio del hombre y la mujer a imagen de Dios se estableció en el Edén, y estás a punto de ver que Dios también estableció un número en el Edén que es cambiado por las vacunas COVID-19.
Cuando Dios creó al hombre en el Jardín del Edén, lo creó con el genoma completo de toda la raza humana. El genoma humano contiene los planes o planos del cuerpo humano. Los científicos lo comparan con un programa de computadora, como el “sistema operativo” de los seres vivos. El mismo tipo de “programa” existe en todos los seres vivos. Los genes contenidos en la primera célula de un organismo complejo contienen un conjunto de instrucciones sobre cómo debe crecer el organismo, qué tipo de simetría debe tener el cuerpo, cuándo y durante cuánto tiempo deben desarrollarse los distintos miembros, etc. (Así, toda la identidad de una persona como vida humana está encapsulada en su primera célula en la concepción, cuyo ADN se forma bajo la dirección de Dios por recombinación del ADN de un hombre y una mujer).
Como un programa de computadora, el ADN tiene un “conjunto de instrucciones”. Un gen está formado por una secuencia de codones, y cada codón está formado por tres pares de bases. Cada par de bases puede tener uno de los cuatro valores posibles, comúnmente codificados A, C, G y T, según sus nombres químicos. Son análogos a los “bits” individuales de una computadora, salvo que, mientras que una computadora tiene un sistema de dos valores, 0 y 1, en su nivel más básico, el código de la vida tiene un sistema de cuatro valores, A, C, G y T.
Los científicos afirman que el ADN es el mecanismo de almacenamiento de datos más eficaz que se conoce, mucho más eficiente que los sistemas de almacenamiento de información de las computadoras. Esto se debe a que es muy duradero y puede plegarse en una estructura muy apretada sin enredarse. Para entender cómo el ADN que Dios nos dio es un número, considera una secuencia aleatoria compuesta por 100 bases (como referencia, para escribir todo el genoma humano se necesitarían unos 6.400 millones de letras y ocuparía estantes de libros de letra pequeña):
GGAGGCGCAGCTTGCAAAAGGTGAAAAAGTCGTATCGCATCCTGCTATCCCCCGTTACGGCGGGGGGAGATGGTCACACGCCTTATATGATGAAGCCCGA
Las cuatro letras que componen este código podrían escribirse en forma numérica, sustituyendo 0, 1, 2 y 3 por A, C, G y T, respectivamente:
2202212102133210000223200000231230312103113213031111123301221222222020322310101211330303203200211120
Esto, como puedes ver, es simplemente un número muy grande. En términos matemáticos, es un número de base 4, porque cada dígito puede ser uno de los cuatro valores posibles. En cambio, los humanos contamos normalmente en un sistema de base 10. Las computadoras utilizan un sistema de base 2 de ceros y unos, o muchos otros sistemas como el de base 8 (conocido como octal), base 16 (conocido como hexadecimal) o base 64.
En su nivel más básico, el ADN humano es un número—un número muy grande que ocuparía varios gigabytes de almacenamiento informático—y este número se originó en Dios, quien escribió el programa original para el desarrollo fisiológico de la raza humana, colocándolo en Adán, a quien formó con Su propia mano. ¡Él escribió el programa!
Para los que entienden inglés, hay un excelente vídeo[17] del Dr. Robert Carter que explica cómo el ADN está estructurado de una manera mucho más inteligente y eficiente que lo que el hombre ha podido hacer con las computadoras. El ADN es en realidad una estructura cuatridimensional: no sólo es una secuencia lineal de pares de bases, como un programa de computadoras, sino que puede adoptar una forma tridimensional que esconde algunos genes dentro de sí mismo mientras deja al descubierto otros genes para que lleven a cabo sus funciones previstas. Además, esta forma tridimensional cambia en respuesta a las condiciones corporales, añadiendo así una cuarta dimensión de tiempo. En el mundo de las computadoras, esto sería vagamente comparable a un código automodificable—algo de una complejidad que evitan los programadores humanos—por no mencionar que las instrucciones del ADN se “ejecutan” (o realizan) en un entorno metabólico masivamente paralelo. Sólo la mente del Infinito podría programar un sistema tan complejo, robusto y eficiente, capaz de adaptarse a circunstancias cambiantes y necesidades imprevistas.
Que el hombre juegue con un sistema que está más allá de su capacidad de comprensión no sólo es imprudente, sino que está garantizado que será desastroso. Sería como si un no programador ingresara al núcleo del sistema operativo de una computadora y cambiara aleatoriamente unos cuantos bits aquí o allá: es casi seguro que se produciría una falla y la inoperatividad del sistema, antes o después, cuando se ejecutara esa parte del código.
¿Ves cómo el gran “número” de Dios—el ADN dado a Adán—ha sido refactorizado a lo largo de las generaciones, a través de la recombinación sexual (meiosis) de la simiente humana, hasta la actualidad? Cuando este número se incrementa o se modifica mediante material genético diseñado por el hombre, ya no es el número de Dios, sino que se convierte en el número del hombre, el número del sistema de la bestia. Esto borra a un ser del libro de la vida; su ADN ya no coincide con el patrón establecido por Dios. La firma de su código genético ya no coincide con la firma del Creador; es como un programa de computadora con un troyano.
Desde hace tiempo se ha observado que se puede llegar al número 666 sumando los valores de las letras de los números romanos del título Vicarius Filii Dei, el título latín que significa Vicario (o Representante) del Hijo de Dios. Pero el hecho de que los papas en función—autoproclamados vicarios de Cristo—hayan recibido la vacuna COVID-19 demuestra que hay algo más detrás de este versículo. Como se ha señalado en nuestros otros artículos, la representación griega del número 666 en la Biblia aparece como XEC, que es CEX escrito al revés. Esta última palabra se pronuncia igual que la palabra “sexo” [en inglés], lo que sugiere que el número de la bestia es un sexo al revés, invertido, opuesto o diferente, es decir, un tercer sexo (no binario). Para decirlo en otras palabras, si la genética de una persona determina su sexo, como Dios lo diseñó, entonces una persona con ADN mutante ya no puede ser definida estrictamente como un hombre o una mujer; sus genes ya no se ajustan a la imagen de Dios como hombre y mujer.
Hay una profundidad de significado aquí que trasciende a lo sobrenatural, porque Satanás no es humano. Es un ángel caído, y los ángeles no son ni hombres ni mujeres.[18] Por lo tanto, no es de extrañar que en su reino diabólico, quiera que todo el mundo sea no binario, y lo está logrando a través de la vacunación global con ADN hecho por el hombre.
Recuerda, Satanás tiene una vendetta. Como Lucifer, antes de ser expulsado del cielo, tenía en mente gobernar el universo como el Altísimo.[19] Así que cuando Dios creó al hombre a su imagen—hombre y mujer como una ilustración de Dios y la criatura en su relación adecuada—destrozó la visión del mundo de Satanás. Odiaba a la humanidad (y más aún a su Creador) desde el principio porque reconoció que el hombre representaba algo antitético a sus aspiraciones.
Por eso, siempre quiso borrar la imagen de Dios de la humanidad. Aquí en la tierra, quiere que los súbditos de su reino utilicen un lenguaje de género inclusivo, porque eso refleja el lenguaje utilizado para referirse a los seres celestiales que no tienen género. Quiere borrar la noción de masculino y femenino de la mente del mundo, y lo está haciendo adoctrinando a los niños con la indiferencia de género desde la infancia. En algunos países, ya se ha producido un cambio en el propio lenguaje—uno de los componentes más importantes del pensamiento y del desarrollo mental y social—prohibiendo el uso de expresiones específicas de género.[20]
Pero Satanás no había podido erradicar por completo el recuerdo de las diferencias de sexo hasta ahora que la tecnología ha avanzado lo suficiente.[21] Al manipular el ADN, está transformando literalmente a los seres humanos en seres que ya no están hechos por Dios o a imagen de Dios, y por lo tanto ya no son estrictamente masculinos ni femeninos. Su ADN está alterado y su genoma ya no está sujeto a los parámetros—el número de Dios—que Él estableció en Adán.
El hecho de que este nuevo número sea el número del papa—666, el número de un hombre—es una prueba de que este hombre (el papa Francisco) es en realidad un ángel caído. Al recibir la vacuna—cada dosis es un acto marcado en el reloj de Dios—el papa declaró quién es. Los que se vuelven sin género como él son los constituyentes de su reino. Hasta la fecha, más de la mitad del mundo ha caído de la raza humana y ha obtenido su “tercera hebra” de “ADN de serpiente”.
Se ha observado que los que recibieron la vacuna ya no tienen inmunidad natural contra el COVID-19.[22] De hecho, sufren efectos peores como resultado. Esto significa que necesitan aún más vacunas de refuerzo, y por lo tanto son dependientes de las vacunas de refuerzo—y del sistema de la bestia que las suministra. Elegir la tiranía del hombre como señor significa esclavitud. Si no se obedece, no hay refuerzo para la siguiente ola, y todos los disidentes o se someten o perecen naturalmente.
Por lo tanto, los tres aspectos de la marca de la bestia como se describen en las Escrituras han cumplido su cometido, y la última gran prueba para la humanidad—el evento a nivel de extinción de esta generación—ha llegado. Los que la sobrevivirán para entrar en el reino de Dios no son muchos, pero Dios está de su lado. Ellos lo eligieron a Él en lugar del camino de la muerte, y Él los ha elegido a su vez, para renovar Su pacto de vida con ellos.
Sólo hay un Camino que conduce a la vida eterna. Jesucristo es ese Camino. Él es el Creador y nuestro Redentor. Al dar Su sangre, dio Su ADN perfecto—Su carácter—a todos los que lo miren, crean y reproduzcan Su naturaleza y carácter en su propia vida. Este mismo principio se enseña en los estudios fundamentales de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado que fueron desarrollados en el año 2010. En particular, la Lista de los Grandes Sábados (posteriormente refinada en 2011 y publicada en 2012), también conocida como El Buque del Tiempo o El Gen de la Vida, descifra una de las profecías de tiempo más sorprendentes de la Biblia que apunta directamente al ADN comprometido como la gran y última prueba para la iglesia.
El Gen de la Vida es una transcripción del ADN—el carácter—de Jesucristo. Destaca las cuestiones morales que son de importancia a los ojos de Dios, trazadas con la pluma del tiempo. La clave para entender el Gen de la Vida es dada en la Biblia a través de la mención del Gran Sábado en el que Jesucristo descansó en la tumba entre dar Su vida eterna por la humanidad y al retomarla como uno de la familia humana.
Entonces los judíos, por cuanto era el día de la Preparación, y para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado (pues era el Gran Sábado), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas y fuesen quitados. (Juan 19:31 RVA-2015)
Cuando alguno de los sábados ceremoniales anuales coincide con el séptimo día de la semana, se convierte en un día extra especial llamado “Gran Sábado” de acuerdo con el versículo bíblico anterior. Reconociendo que Jesús murió en el día de la Pascua, justo antes del sábado ceremonial anual del primer día de los panes sin levadura, el amado apóstol nos informa que Jesús fue bajado a toda prisa de la cruz porque ese sábado era un Gran Sábado.
Durante todo el tiempo de la investigación de las almas, cuando Dios investigaba el carácter de los muertos y de los vivos para determinar quiénes serían dignos de entrar en Su reino eterno, las páginas del calendario divino iban pasando a medida que transcurrían las fiestas anuales. Cada año existía la posibilidad de que uno o más sábados ceremoniales cayeran en el séptimo día sábado (semanal). Siempre que esto ocurría, los días resultantes se convertían en Grandes Sábados, que—como los peldaños de la escalera del ADN—codificaban el mensaje de la vida de Cristo que debía ser transcrito y replicado en Su pueblo, para que éste fuera un perfecto reflejo de Él.[23]
Debido al profundo significado de la Lista de los Grandes Sábados para el pueblo de Dios, el Movimiento de los que habían recibido el mensaje de Orión decidió llamarse a sí mismo “Adventistas del Gran Sábado” y más tarde formó una sociedad, llamándola Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado. En el momento de la fundación, no había ningún indicio de que las vacunas que contienen ADN o ARN llegarían a existir más tarde, pero el nombre de la Sociedad se inspiró en la creencia fundamental de que el ADN divino de Jesucristo es el único ADN en el que hay vida eterna, y que cualquier corrupción o desviación del modelo que Él nos ha dado daría lugar a una tragedia indescriptible.
A través de la Palabra, se nos ha dado la instrucción necesaria para afrontar cada desafío que se nos presenta. En 1889, cuando Alonzo T. Jones defendió la libertad de conciencia ante el Congreso de los Estados Unidos y derrotó con éxito el proyecto de ley que iba a legislar el día en el que los ciudadanos de los Estados Unidos debían rendir culto, se apoyó en el firme fundamento de las Escrituras: la libertad de conciencia para elegir a quién obedecer:[24] al Creador o a lo creado.[25] La libertad de conciencia ganó, y hoy, la libertad de religión es parte integral de las leyes de Derechos Humanos en todo el mundo.
La convicción de que el séptimo día es el sábado del Señor había aumentado a lo largo de muchos años, a medida que los pioneros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día estudiaban este tema en la Biblia. Su nombre, también, fue inspirado en 1863 por su creencia más prominente y singular, que Dios apartó el séptimo día para que la humanidad lo adorara, y que Jesús pronto regresaría para aquellos que se identificaran con Su sello. Ninguna otra iglesia tenía ese nivel de comprensión en ese tiempo.
Hoy en día, los Adventistas del Gran Sábado—el remanente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día—son la única iglesia que ha continuado avanzando en el estudio de la Palabra de Dios hasta el presente y que mantiene en su propio nombre la convicción basada en la Biblia de que recibir vacunas genéticamente diseñadas les robaría su identidad como hijos de Dios que todavía tienen en sus cuerpos con el ADN que Él les dio, tal como fue transmitido a través de las generaciones, habiendo sido impartido una vez al primer hombre, Adán. Les robaría su fe en Aquel que creó el genoma humano ideal, que no puede ser mejorado.
Los Adventistas del Gran Sábado entienden que despreciar este don recibiendo un ADN hecho por el hombre los separaría del linaje de Dios, de la esperanza de la vida eterna y de la posibilidad de salvación a través de Jesucristo. Recibir la vacuna COVID-19 les quitaría toda su fe. Les causaría una agonía inconmensurable: la sensación de que están eternamente perdidos, experimentando una condenación en vida. Es peor que la muerte. (Existe la esperanza de la resurrección de la muerte, pero no del infierno.[26] ¡Y pensar que este lago de fuego ya ha quemado la mitad del mundo y sigue extendiéndose!).
Es una cuestión de fe y de conciencia. La libertad de elegir lo que entra en el cuerpo es una libertad concedida por Dios, e incluso consagrada en las leyes de Derechos Humanos del mundo. En el Edén, Dios dio a Adán y a Eva la opción de alimentarse del Árbol de la Vida o de elegir el fruto prohibido del Árbol de la ciencia del bien y del mal.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. (Génesis 2:16-17)
Podríamos decir hoy: de cada rama del linaje humano puedes casarte libremente, pero participar de la ingeniería genética—comer el fruto de la ciencia del bien y del mal más allá de tu conocimiento—te erradicará de la humanidad con la misma certeza que comer el fruto prohibido llevó a la muerte de Adán.
El gran conflicto entre el bien y el mal siempre ha sido una guerra genética: una guerra entre la simiente del pueblo de Dios y la simiente de Satanás:
Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3:14-15)
La marca de la bestia, la adoración dominical, que fue casi legislada nacionalmente como una marca de la autoridad diabólica de Satanás, desafió la libertad de conciencia en los Estados Unidos en la década de 1880 y fue derrotada, dando un respiro a la nación y al mundo. Pero en 2015, la imagen de la bestia fue establecida con éxito y todavía se mantiene como ley en muchas tierras. Más tarde, ese mismo año, el culto a la creación volvió en el Acuerdo de París, jurídicamente vinculante; ¿no es el culto a la creación la ley dominical en esencia? ¿No es suficientemente universal? ¿No es lo suficientemente vinculante desde el punto de vista jurídico?
Y ahora, al enfrentarse a la vacuna COVID-19—el número de la bestia—todas las naciones someten el poder sobre su vida presente y futura a la voluntad del papa al recibir en sus cuerpos el material genético que contiene el código hecho por el hombre, de Pfizer, Moderna o cualquier otra entidad farmacéutica. En un análisis de ADN, son hijos de ese brebaje farmacéutico—las hechicerías que menciona el libro de Apocalipsis—que tomaron. El Salvador cuyo ADN perfecto está transcrito en la Lista de los Grandes Sábados dice a los tales:
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. (Juan 8:44)
El último versículo antes de Apocalipsis 13, que presenta a la bestia y su marca, es un versículo que apunta a una simiente santa bajo ataque:
Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apocalipsis 12:17 JBS)
Aquellos que quieren mantener su simiente sin mancha—como humanos vírgenes, como los 144.000—necesitan hacer todo lo pacífico que esté a su alcance para mantener su pureza. Por esta razón, la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado ha respondido al llamado del Documento de Libertad de Conciencia, y está proveyendo una Solicitud de Exención Religiosa de Vacunación a los miembros del Refugio. Se trata de un documento que se puede presentar a los empleadores o a cualquier organismo que sea responsable de garantizar el cumplimiento de los mandatos de vacunación. Está disponible en inglés, español y alemán.
Sin embargo, no es un pase a ciegas ni una garantía de que su caso resulte favorable; cada persona debe defenderse sola, y los empleadores, jueces y otras partes responsables tendrán que escuchar su caso e interrogarle para determinar si su fe es genuina y sincera,[27] y no simplemente fingida. Los que se niegan a vacunarse por razones distintas a la de honrar a Dios tendrán un tiempo difícil.
Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. (Marcos 13:9)
En nuestras páginas web[28] de estudio proporcionamos amplios materiales para aquellos que deseen prepararse mejor. Pero incluso si una persona defiende con éxito su decisión de conciencia por motivos religiosos, la naturaleza del empleo o la circunstancia en la que se encuentra puede ser tal que no se le conceda una exención, requiriendo posiblemente el sacrificio de su trabajo u otro deseo.
Son tiempos difíciles, tiempos en los que el pueblo de Dios clama por su liberación. Pero recuerda que Dios no se ha olvidado de ti.
Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad [es decir, ¡mira el reloj!]. (Marcos 13:37)
La liberación está cerca. Hasta entonces, estarás en nuestras oraciones.
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